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Capítulo 1

- Once, despierta. - Digo intentando despertarla. - Rápido, apagué todas las cámaras, pero vámonos rápido.

Once despierta y me mira. - ¿Estás segura que las apagaste? - Dice con los ojos un poco cansados.

- Si, sólo vámonos, por favor, no aguanto un segundo más estando así. - Digo casi llorando.

- Bien, tranquila. 

[...]

- ¡Lanza el bólido, Dustin!

- ¡Espera! Estoy esperando el momento correcto.

- ¡Sólo lánzalo! - Gritan todos a la vez.

- Mike, hora de dormir. - Dice la Sra. Wheeler.

- ¡Pero Ma...

- Nada de peros, niños, ¿ustedes se quedan a dormir?

- Si, Sra. Wheeler. - Dicen los amigos de Mike.

- Está bien, los dejo jugar un rato más.

- ¡Gracias! - Gritan todos felices.

[...]

Ocho y Once comenzaron a correr sin que nadie las viera, agarradas de la mano, para no separarse en ningún momento.

- ¡Allá, las dos niñas están escapando! - Dice uno de los guardias y comienza a perseguirlas.

Ocho se suelta de Once y mira fijamente al guardia hasta empujarlo con su fuerza inexplicable, llamada telequinesis, hasta chocarlo contra una pared y desmayarlo. Once, para que nadie sospeche, lo pone en la posición donde estaba simulando que se ha quedado dormido.

- Casi. - Dice Ocho limpiándose la nariz. - Vamos. - Toma su mano y siguen corriendo.

[...]

- Oye, mamá. - Dice Mike.

- ¿Qué sucede, hijo?

- ¿Puedo ir a dormir a la casa de Will? Lucas y Dustin también van.

- ¿Pero ustedes no se quedaban aquí?

- Si... Pero Will quiere que vayamos a probar las galletas que hizo su madre.

- Hmm, está bien, pero abrígate, hace mucho frío y está apunto de llover.

- Está bien.

Mike va a su cuarto en busca de su abrigo, al encontrarlo, baja rápidamente a avisarles a sus amigos que ya se pueden ir.

- Chicos, vamos.

- Está bien. - Dice Lucas ya abrigado y poniéndose su capucha. 

- He olvidado venir en bicicleta, me trajo Johnatan. - Dice Will.

- Tranquilo amigo, yo te llevo, además eres una pluma así que será fácil llevarte. - Dustin bromea.

Los chicos salen y justo se pone a llover.

- Tranquilos, llegaremos rápido. - Mike se pone su capucha.

[...]

Ocho y Once estaban caminando por el bosque, muertas de frío y mojadas por la lluvia.

- No me sueltes. - Dice Ocho, asustada.

Once la mira. - No lo haré.

Siguen caminando hasta que llegan a una calle un poco oscura, sólo se podía ver que había una casa pero estaba todo apagado.

- ¿Nos quedamos aquí, o seguimos? - Pregunta Once.

- No lo sé, vayamos hasta allá. - Señala la casa. - Parece que no hay nadie.