Querido Luis:
La pase muy bien anoche, aunque esta mañana se me dificultó te el recordar tu nombre, ya sabes! Cosas que pasan. Agradezco por tan humilde gesto de pagar la cuenta sin importarte que haya llegado invitada por otro caballero? Sabes! me gustan los hombres arriesgados como tu, aquella forma en la que despistaste a mi acompañante me resultó muy sorprendente y sutil a la vez, aquella chaqueta impecable y ese aroma a gardenias que hacía el amor con mi nariz mientras bailamos es algo que no pasa todos los días, esa forma tan imponente que llevas al caminar que paso que dabas me tenias más a tus pies y esa impecable sonrisa de seductor empedernido que fue la que me llevó hasta tus aposentos y sin darme cuenta me quitó la ropa dejándome en entera disposición a tus deseos, mis caderas apretadas por aquella manos que con Firmeza y delicadeza me mecian en las hamacas del placer que brotaba de aquel gemido de placer que acariciaba mis oídos, hasta llegar a aquel incontrolable éxtasis que me hizo olvidar que era lo correcto y que no!
El motivo de esta carta no es más que hacerte saber que fuiste uno más que fallece en la Red de mi insasiable deseo de placer, no me busques, no me llames y bajo ninguna circunstancia me recuerdes! Porque cada vez que lo hagas lo sabré! Y el deseo de tenerme y no encontrarme te hará caer en un delirio que acabará dia tras día con lo que queda de ti.
Quizás pienses que te engañé pero yo no lo veo de esa forma, lo veo como un servicio a una buena causa, es más! Considerate tan héroe como un bombero, apagaste un poco de una llama pero no contabas con que ese incendio era adictivo!
Sin más preámbulos, te aconsejo de la manera más sincera que continúes viviendo con aquella marca que deje en tu piel! Porque será lo único que verás de mi!
Con cariño; Roxanne!