Los ojos de Vega se abrieron de golpe, su respiracioen era agitada y sus ojos se bañaban en lagrimas, sin pensarselo mas se las limpio con el dorso de su mano.

Se movio incomoda sintiendo un fuerte pinchazo en la espalda, entonces comprendio, no estaba en su cama, mucho menos en su habitacion, se reincorporo despacio, junto a ella una lapida de roca con grabados que la misma princesa habia trazado daba la espalda al sol que apenas comenzaba a salir.

—Rayos, me quede dormida— susurro para luego ponerse en pie y sacudirse el incomodo vestido —Me tengo que ir, Canabar, vendre a verte pronto— prometio viendo con nostalgia a la lapida vacia.

Se sorprendio al notar tanto movimiento en el pueblo desde tan temprano, los mercaderes iban y venian cargando sus mercancias y los pastores comenzaban a trasladar a las cabras hacia los campos abiertos ¡Hasta los soldados parecian atareados! Tambien reconocio a alguno que otro sirviente del palacio, decorando las calles y colgando sintas de colores en los porticos, parecia como si...

La realidad la golpeo ¡Como pudo haberlo olvidado! Anoche, durante la cena su padre habia informado algo acerca de una "visita de estado" debia ser eso.

Camino tratando de no llamar mucho la atención, y aunque Vega cubria su cabeza con una capa negra para evitar ser reconocida, aveces un encapuchado es mas interesante que una princesa.

—¿Nueva en las calles?— pregunto una voz haciendo que la chica se girara de golpe —No deberias estar aqui Vega, papá podria descubrirte— sonrio el muchacho de forma burlona.

—Callate Algedi— bufo sin poder evitar una sonrisa.

El principe escudriño a su hermana de forma acusatoria para luego cambiar su gesto a uno mas comprensivo.

—Estubiste con Canabar— afirmó —Vega, ya paso un mes y... deverias olvidarlo— paso una mano por su cabello castaño.

Vega suspiro.

—Ese es el problema, Al, no puedo olvidarlo, era mi mejor amigo, mi compañero de bromas... quiero decir, a parte de ti claro, pero lo extraño.

El silencio instaló sobre ellos y como si de algo planeado se tratara el chico la abrazo.

Pasaron unos minutos hasta que la princesa decidio alejarse.

—Regresemos, pronto llegaran los invitados y es mejor que estemos ahi— dijo con un tono tranquilo pero serio, sin rastro de haber estado triste.

Algedi asintio siguiendo a su hermana, en cierto modo la comprendia, Canabar habia sido su amigo, no tanto como el de ella pero lo suficiente como para darse cuenta de que ambos jovenes, tanto Vega como él sentian un poco mas de atracción entre si.

Aun recordaba el rostro de su hermana al entrar al palacio gritando que los lobos se habian llevado al guerrero, tubieron que dormirla para evitar que cometiera una locura. Cuando desperto estaba mucho mas tranquila, buscaron el cuerpo del joven por tres dias seguidos y ella se nego a descandar, pero no encontraron nada, los lobos habian terminado hasta con los huesos, lo cual no era la primera vez que pasaba con un humano.

—¡Alto! ¿Quien va?— grito un soldado cerrando la puerta del palacio.

—Capitan Chess, hace un buen clima ¿Cierto?— saludo el chico arrebatandole la capa a su hermana.

El hombre abrio los ojos asombrado, hizo una exagerada reverencia antes de decir:

—¡Princesa Vega! ¡Principe Algedí! Mil disculpas, no los reconocí, yo...

—Dejalo asi Chess, un error cualquiera lo comete.— volvio a decir el principe palmeando amigablemente el hombro del capitan para luego seguir a su hermana que ya habia traspasado las puertas.

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2017 ⏰

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