Historias De Un Médico Abandonado

Comienzo

Mi hermosa juventud, bella época, estaba marcada por la vaga sombra de la gran guerra, que marcaba nuestra vida y nuestras esperanzas.
Era un joven estudiante de medicina centrado en los estudios y con la mente inundada por historias heróicas y grandes hazañas cometidas por mis antepasados, muertos en algunas de las más grandes guerras.
Quería dejar marca, y es por eso que al inicio de la nueva guerra me Alisté como médico de campo en la Wehrmacht. Me despedí de mi familia con una gran sonrisa en la cara y con la promesa de una rápida y victoriosa vuelta.
Mi padre, un antiguo soldado Alemán rencoroso con Alemania y sus aliados por permitir su derrota intentó persuadirme para quedarme, pero ante mi negativa me dejó el último regalo de mi ya difunta madre. Su reloj de bolsillo
En el comienzo de mi aventura fui enviado a Sedán con el fin de acompañar y curar a los ingenieros que repararaban los panzers encargados de avanzar e interceptar a las tropas enemigas en todo el bosque de las Ardenas. Mi alegría era intensa al ver a aquellos grandes colosos mecanizados que avanzaban por el frente, rodeando la gran línea francesa, resguardando a la quebradiza infantería y apoyando a la Luftwaffe en la búsqueda y eliminacion de nuestros objetivos.
Mis primeras jornadas se desarrollaron con aparente normalidad a dos kilómetros de la línea del frente; donde sólo me ocupaba de vendar a algunos soldados heridos o curar algunas heridas por metralla cuando nos llegó la moralizante noticia de que los franceses se habían retirado hacia el Mosa. Nuestras tropas eran invencibles.
Avanzamos rápidamente a través de