II.

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2.

Sentía que el corazón se me iba a ir a la chucha. El ascensor llegó abajo y salí apenas las hueas de puertas se abrieron. Se tropecé, pero por suerte no me saqué la cresta. Corro hacia las puertas súper pitucas de vidrio y por fin salí de esa cagá de oficina. Tiré un pollo que tenía atravesao. Estaba lloviendo, el Taita Dios está conmigo, justo lo que necesitaba.

Ningún macho me había hecho mojar los calchunchos como Justin Bieber, y no entiendo por qué. ¿Porque es jot?, ¿Caliente?, ¿Rico? ¿Poderoso? Puta, ______ para de pensar tanta hueá. Suspiro y me dirijo a la cacharra culia que tengo como auto.

Mientra más pienso en la hueá de la entrevista me empiezo a sentir más saco huea de lo normal.

De acuerdo, es muy jot, seguro de sí mismo, dominante y se siente cómodo consigo mismo, pero por otra parte es más arrogante que la chucha y, por más caliente que sea es dictador y frío. Bueno, esa huea sentí yo.

Sentí un escalofrío recorriendo mi espalda, puta. Ya me dio la hueá.

Puede ser arrogante, pero el conchesumadre tiene derecho a serlo, porque ha conseguido todas las hueas que quiere y todavía es terrible joven. No soporta a los saco hueas, pero ¿por qué tendría que hacerlo? Vuelvo a enfadarme al pensar que la hueona de Kate no me dio una biografía corta del culiao, aunque igual no me iba a dar la paja de leerla.

Preguntas culiás que me hizo hacer Kate al Justin weon, que si era adoptado, gay ¡Qué chucha pasa por su cabeza hueon!.

Ya si igual la experiencia no fue tan penca, pero debería dejar de maquinear la huea y dejarla hasta ahí no máh. Enciendo la radio, subo el volumen a too chancho y escucho el ritmo del pulento reggaeton mientras piso el pulento nitro.

Vivimos en una casa chubi cerca del mapocho, en Chile. Tengo la media cuea. Los papás de Kate le compraron la casa, consentida culia. Igual le pago un mojón de arriendo.

Ni me doy cuenta de lo pulenta que soy al volante y llego a la casa.

-¡_____! Ya llegaste conchetumare.

No hueona, voy saliendo. Dije en mi mente.

Kate está sentada en el sillón rodeada de libros, terrible estudiosa la hueona. Aún lleva su pijama mamón rosadito de franela con conejos. Qué huea más marica. Siempre lo ocupa cuando la patean, cuando se enferma o cuando está en la media emo. Se levanta y corre a abrazarme.

-Empezaba a preocuparme maricona, pensé que te habían violao po.

-Ya hueona, no le pongai color, si no es pa tanto.

Le pasé la cagá de grabadora.

______ te pasaste hueona. Te debo una. ¿Cómo te fue? ¿Cómo es el hueon?

Oh no, ya empezó con las preguntas culias. ¿Qué le puedo decir? Que el culiao es más rico que la chucha, que se me calleron los churrines, que pasé la media perso con sus preguntas culiás y ah, casi me saco la chucha, si es que no me la saqué.

-En general, fue amable el culiao, “formal” y poco estirado, como un viejo culiao amargado a los veinte años. Por cierto, ¿cuántos años tiene?

-Veintisiente. ____, lo siento.

-Na que lo siento maraca culia, te ves mejor, tay via ahora. ¿Te tomaste la sopa?

-Sí, estaba terrible rica.

Miro mi reloj y me tengo que ir a mi turno en el Ekono.

-___, Estay agotá hueona, anda a echarte.

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⏰ Última actualización: Jan 15, 2014 ⏰

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50 sombras de Bibah -parodia-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora