Capítulo 1

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*Chica del accidente pov*

La cabeza me martillea, voces extrañas se amontonan a mi alrededor, además, siento el cuerpo algo dolorido y pesado, esta sensación aumenta cada vez que me muevo en esta incómoda cama en la que estoy. Intento recordar que fue lo que me ha llevado hasta esta situación pero no consigo absolutamente nada, presiono aún más los ojos, como si fuera a ayudarme.

Nada, ningún destello de anoche... O de esta mañana... O de...

JODER.

No se ni quien soy.

El pánico se apodera de mi y abro los ojos de golpe, inquieta y sin poder permanecer así un segundo más, mi reacción pilla por sorpresa a los inquilinos de la habitación pues lo primero que puedo ver son 14 ojos mirándome entre sorprendidos y preocupados.

Cuando mis ojos se han adaptado mejor me percato de que estoy en una habitación azul con bastantes máquinas medicas y que huele hasta el punto de apestar a desinfectante.

-¿q-qué ha pasado?- logro articular.

-Te encontramos hace unas horas en un coche, no tenías cartera, documentacion ni teléfono móvil y al parecer te has dado un buen golpe.- dice con voz tranquila un chico de cabello castaño oscuro y ojos marrones, además es bastante atractivo

Admito estar desconcertada y al parecer cada poro de mi cuerpo lo demuestra.

-Por esa expresión parece que no recuerdas haber cogido el coche.- declara uno de los gemelos que ocupan la habitación, ambos son castaños de ojos claros y bueno... tienen la misma cara.

-Yo...-Comienzo a decir pero no se qué hacer.

No se quien soy, ni que hago aquí
y además estoy rodeada de extraños.

-Debería llamar a la doctora, tiene que saber que ha despertado.-informa una chica rubia antes de abandonar la habitación.

Entonces un chico alto, de cabello algo ondulado, ojos azules celeste y unos labios carnosos bastante tentadores por su pícara sonrisa de medio lado, en fín, una persona con rasgos de dios griego, de increíble cuerpo y expresión provocativa. Me dedica una profunda mirada en la que me revisa de arriba a abajo sin dejarse un solo detalle.

Me doy cuenta de que estoy tan solo vestida con una bata azul de hospital y seguramente mi cara estará hecha un Cristo. Puedo sentir como mis mejillas se colorean de rojo y veo como esboza una sonrisa.

-¿te gusta lo que ves encanto?.- dice arqueando una ceja y con ello tira todo lo encantador que tiene por la borda.

-Ya te gustaría a ti.- respondo secamente.Se merece un escarmiento este atractivo narcisista.

-Si dijera lo que haría con una señorita como tú a lo mejor te escandalizaría, encanto.- me guiña el ojo a la vez que pronuncia esas palabras.

"Pero este que se cree." Pienso.

-Pues espero que te baste con tu mano porque con esa actitud la llevas clara.- me está sacando de quicio y lo acabo de conocer. Además, en estos momentos  no rebozo de paciencia para ser exactos.

Veo como los gemelos no pueden contenerse de la risa y sueltan una carcajada mientras otros dos chicos se miran perplejos y una morena me guiña el ojo como diciendo: "bien dicho" con un solo gesto.

-Así no se le contesta a tu salvador, encanto, al menos di tu nombre.

-Primero, no me llames encanto. Y segundo... bueno-Digo yo incómoda.- no lo sé.

-¿No sabes?.- exclaman los gemelos al unisono, justo en este momento vuelve a la habitación la adolescente rubia seguida de una mujer de aparentemente unos cuarenta años, ojos color miel algo cansados, cabello cenizo y expresión amable y tranquilizadora, su uniforme me indica que debe ser mi doctora.

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