Era una tarde soleada al parecer, era 6 de Enero, día de Reyes o mejor aún, cumpleaños de Norman Reedus.
Eran cercanas de las 5:30 pm cuando salí al patio trasero, el día se tornaba nublado, con una fría ola de viento.
Estando ya en el patio trasero localicé una escalera de las que usan los electricistas, o algo parecido, subí a ella y trepe hacía donde llevaba, el techo de mi casa.
Subí un pequeño escalón, ya que el techo contaba con un desnivel, observando la vista, mi mente quedó clara y despejada, me sentía relajada, como si tuviera la necesidad de vivir en el techo de mi casa.
Todo quedaba tranquilo, no había nadie al rededor, o eso pensaba yo.
Al parecer, escuché el sonido de alguien más trepando una escalera, pero no era como el sonido de la mía, era el de una escalera de plástico para piscinas, era raro, porque quien sea que estuviese subiendo para estar al mismo nivel que yo, tuvo que mover hasta la resbaladilla de su piscina.
Giré mi cuerpo, quedando con la vista hacía la persona desconocida, al fin pudiendo ver su cara me di cuenta que no era ningún jardinero recortando la palmera que había en ese lugar que era del vecino de atrás, que tal vez me preguntaría por qué estaba ahí e inmediato me ordenaría que bajase, si no que terminó siendo un chico que jamás había visto, no sabía ni su nombre, ni su edad, no sabía nada de él, solo sabía que vivía detrás de mi casa.-¿Qué haces aquí?- pregunté.
- Que "¿Qué hago yo aquí?", eso mas bien debería preguntartelo a ti - Dijo en un tono preocupado.
- Tranquilo, no me voy a suicidar, solo vengo a veces acá arriba a pensar o despejar la mente.
-Nah, no creí que te fueras a suicidar, lo hubieses hecho ya antes, además, de esta altura solo te dañarías el pie o el tobillo.
- ¿Cómo de que lo hubiera hecho antes?- ¿Acaso tengo cara de suicida, única y diferente?.
- Pues, te he visto subir desde la seman...mierda..- Esto último lo susurró, con cara de "la cagué, ahora pareceré un acosador nivel 1".
-Tss - acto seguido empecé a reír, y éste parecía confundido con mi reacción.
- ¿Te burlas de mí? O ¿Qué te pasa? Creí que te espantarías por saber que has sido algo acosada por un tío, pero, ¡sólo te ríes!, no entiendo, la verdad.- Joder, esto me provocaba más risa, pero ya tuve que calmarme.
- Ya vale, ya paro. - Suspire- Pues es que me da risa tu respuesta a mi pregunta, y tu cara de "Joder, la cague, ¡ahora para ella seré un acosador!" -dije imitando su voz.
-Ja ja ja, si, que gracioso- lo decía con un gran notable sarcasmo.
- Pues desde mi punto de vista lo es.- y continúe riendome.Solo pasaron segundos y nos tuvimos que ir debido que ya estaba ocultándose el sol y comenzaba a llover, jamás creí que pasaría una cosa así, en el techo.. Y con el vecino de atrás.
Día 2
Ya había amanecido, el clima seguía nublado y fresco, pero no tanto como el día anterior, hoy era 7 de Enero, cumpleaños de Lauren Cohan.
La mañana pasaba lentamente y tan tranquila como cualquier día. Ya en la tarde a la misma hora que ayer, por instinto fui al patio trasero para poder subir al techo, creyendo que el vecino fuera a salir sólo para verme, ¿Qué tontería no?, aún así, ya me encontraba en el techo y sólo fue espera de unos minutos para que llegara el chico.
- No creí que volverías. - dije volteando hacia él.
- Pues puedes ver que he vuelto.
- ¿Por qué? ¿Para qué vuelves? Ya ni sé sí esto es real.
- ¿Por qué no habría de serlo? ¿Qué tiene de malo que vuelva para poder hablar con una chica que conocí en su techo?.
- Tan solo que lo preguntes lo deja claro, ¿Quién en su vida diaria conoce a una chica que está en el techo y se la pasa ahí? Es raro que en día de hoy los chicos estén en el techo de sus casas sólo porque si, teniendo tecnología en la comodidad de sus casas y menos si hay mal clima.
- Es cierto que es demasiado inusual.
- Ves, aunque para mí sea normal, es raro.
- Me gusta lo raro.
- ¿Qué?.
- Lo que acabas de oír, a pesar de haberte conocido apenas ayer, con todo lo que me dices me doy cuenta que eres inusual, una joya muy oculta entre tantas piedras. Siento que te conozco de mucho tiempo, que nos hemos visto varias veces en este mismo techo.- me volteé dándole la espalda, podía sentir que me ruborizaba,
- Joder, no sé qué decir, más inusual eres tú, que dice lo que piensa, aunque sea vergonzoso, ¿Cómo lo se? Lo veo en tu mirada, tu forma de expresarte, y con lo de ayer que soltaste que me espiabas aveces cuando subía.
- Siento que puedo ser yo contigo, decirte lo que pienso.
- Yo también.- en ese momento volteé de nuevo hacia él, pero...No había nadie, me asomé por el muro que dividía nuestras casas, no se encontraba ni él, ni las escaleras, ni siquiera había el rastro que dejaba la escaleras, se había desvanecido, el chico con el que tuve una conversación muy larga, no existía, solo era...
Producto de mi mente en soledad.