El despertador sonó a las seis de la madrugada en punto, despertándome de un sueño en blanco y negro en el que besaba a un hombre a quien no pude verle la cara porque la imagen se enfocaba desde un ángulo especial. Gruñí por lo bajo y apagué el despertador que seguía sonando estruendosamente; la fuerza que usé para apagarlo, fue algo exagerada, por lo que este terminó por caer al suelo. Me tapé con las sábanas hasta la cabeza intentando conciliar el sueño, cosa que me fue imposible ya que unos gritos de mi madre me obligaron a despertar:
-Ya Voy mamá-Dije de mala gana y me levanté-.
Me acerqué a mi armario, inspeccionando qué era lo que podía usar para lo que venía ahora. Generalmente tomaba lo primero que encontraba y me lo ponía; extrañamente siempre combinaba toda mi ropa.
Tenía un largo día por delante, y vestirme bien sería un pequeño alivio para el estrés que tenía y el que estaba por tener; hace sólo algunos días, mi madre me había confesado su secreto: estaba saliendo con un empresario que manejaba una compañía de hoteles al norte de Inglaterra. Estuvimos sin hablarnos dos días. Me había enojado porque ella no me había contado que estaba saliendo con él hace dos meses. Más que por eso, podría apostar a que me había enojado porque de verdad pensé que mamá quería remplazar el lugar de papá. Me costó un poco de meditación y una larga charla con Eleanor por teléfono, para entender que la vida seguía y mi madre tenía que seguir con ella, si ese señor la hacía feliz, entonces tendría que aceptarlo.
Pasados unos 15 minutes, terminé por decretar el vestuario elegido para ir ese día:http://www.polyvore.com/cgi/set?id=87692580&.locale=es en esa época Inglaterra era caluroso, pero no tenía muchas ganas de usar un short y menos con el hijo del novio de mi madre; los chicos son unos jodidos calientes.
Ordené mi closet, ya que había dejado todo esparramado por la habitación. No entendía por qué me preocupaba tanto mi vestuario, quizás era solo por satisfacer a mi madre. Si tenía que ser sincera, no me gustaba mucho la idea de la nueva familia, y si tuviera que ser aun más sincera: no, en realidad, no me gustaba nada, ni un poco. No me apetecía tener a nuevos integrantes en esta familia, hace ocho años desde que mi padre había muerto siempre fuimos nosotras dos, apoyándonos en cualquier situación por sobre todas las cosas, y simplemente personas nuevas en nuestra vida alterarían las cosas ¿Pero qué podía hacer yo contra eso? Desde que papá había muerto, mi madre no se había dedicado a buscar citas o hombres que pudieran alegrar sus días, quizá un hombre era lo que necesitaba para distraerse, no es que fueran a casarse ni nada, quizá sólo era pasajero.
Me adentré al baño y me di una larga y relajante ducha de agua caliente. Siempre me relajaba y parecía como que el agua se llevara mis problemas. No es que tuviera muchos problemas en ese momento, sólo estrés acumulado y ya.
Salí de la ducha y me envolví en la toalla que me había regalado Eleanor en mi cumpleaños número 13. A pesar de que mi cabello era largo y grueso, no me preocupé en envolverlo con una toalla y probablemente había dejado un rastro de agua por la baldosa en el camino del baño a mi habitación decorada con un hermoso papel tapiz color pastel.
Bajé la escalera cuando estuve vestido y luego de que me hubiera maquillado casi natural. Antes de poder llegar al último escalón mi madre corrió hacia mí mientras me decía lo linda que estaba, se veía muy emocionada.
-Mamá, sabes lo que pienso-Dije antes de que se emocionara mas-No voy a hacer el papel de “Hija perfecta” porque no lo soy, ¿Está bien? Además sabes que no me agrada la idea de tener a dos personas nuevas en mi vida
-Hija-Dijo mientras acomodaba mi polera, yo solo rodé los ojos-Compórtate, hazlo por mi.
