Frase 146

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Este era el mejor momento para decir que era hermosa. En la oscuridad, junto a , olía a sudor, a luz de sol y a vainilla. En esa noche de luna menguante podía ver poco más que su silueta excepto cuando fumaba, cuando la cereza ardiente del cigarro empapaba su rostro de una suave luz roja. Pero, incluso en la oscuridad, podía ver sus ojos como esmeraldas impetuosas. Tenía el tipo de ojos que te predisponen a apoyarla en cualquier empeño.

Miles Halter.
Buscando a Alaska; John Green

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