Capítulo XIII

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El nómada caminaba entre el espeso bosque teniendo en momentos de brevedad repentinos reflejos de recuerdos pasados.

La vida de ese guerrero nómada se había resumido en viajes y efímeras estadías haciéndolo un hombre de muchos recuerdos pero estaba claro que el momento mas crucial en su vida fue sin dudas el conocer a Clarisa, lo recordaba perfectamente.

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20 años antes

Había llegado al pueblo una mañana luego de haber recorrido las lagunas cristalinas en busca de algunas colas de sirenas para venderlas en el mercado negro, había escuchado que en el reino de hielo se vendían muy bien y necesitaba monedas de plata para comprar provisiones para mi siguiente viaje. 

Caminaba por los mercados cuando soldados a caballo aparecieron observando con peculiar curiosidad a todos los habitantes.  De inmediato me inmute y me apresure a ocultar mi rostro con la capucha que vestía. Sabia bien que vender objetos ilegales me aseguraría un largo tiempo en prisión y yo particularmente odiaba pasar mas de dos días en el mismo lugar. 

--Registraremos su tienda --Informaron los soldados haciendo al mercader inmutarse.

--Hee... --Tartamudeo --¿Por qué señores? --Añadió nervioso --Les aseguro que he seguido las leyes de su majestad y ya no comercio artículos del mercado negro --Les aseguro sudando de mas.      

Los observaba con cautela sin llamar la atención.

--No venimos por eso --Le explicaron al mercader haciéndolo tomar una gran bocanada de aire.

Mas tranquilo pero menos sudoroso se relajo en el acto.

--Entonces --Sonrió y se froto las manos --¿A que se debe su agradable visita? --Les adulo manteniendo la calma.

Los soldados miraban a todas partes como en busca de algo.

--No hemos venido a mirar tu horrenda cara --Le respondió el capitán cansado --Andamos en busca de la princesa Clarisa --Le rebelaron --Ha vuelto a escapar --Añadió sin bajar la guardia.

En ese momento yo también me relaje he intente alejarme de los soldados del rey y realmente parecía que aquello debía suceder.   Camine hacia una tienda singular que seguramente compraría mis colas de sirena.

--Por favor señor no les diga que estoy aquí --Escuche suplicara una joven doncella.

--Si te escondo solo conseguiré problemas con sus majestades y con los terribles soldados que no hacen mas que robarnos --Le comunico el viejo sin ceder.

--Le prometo todas las monedas de plata que me pida si me oculta --Le ofreció no solo llamando su atención sino también la mía.

Admito que en ese momento de mi vida no era un noble guerrero, honesto y respetable, yo solo sobrevivía y cada oportunidad era crucial para mi.

En ese momento idee una estrategia para ganarme la confianza de aquella princesa y así poder sacarle todas las monedas de plata que necesitase.

Tome una espada y corte el tordo que cubría la tienda donde se ocultaba al tiempo de dar un silbido para llamar la atención de los soldados.  Todos giraron hacia la tienda y la vieron.

--¡NO! --Se alarmó la princesa apresurándose para subir a su caballo.

--Alto su majestad --Gritaron los soldados mientras la seguían.

Corrí a mi caballo y los seguí hasta el bosque donde me propuse a poner en marcha mi plan.

Poseía el caballo mas rápido de todos, y eso me constaba, logre alcanzar a la princesa primero que los soldados.

Libro 2 - Los Elementales - ♨El secreto de los espíritus❄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora