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Un delicado suéter de hilo color salmón, largo hasta cinco centímetros antes de las rodillas, con mangas lo suficientemente largas para cubrir la punta de sus dedos. Adorable, simplemente adorable. Adorable y hermoso.

Ah... Jungkook admiraba muchos detalles sobre chico de suéter salmón, como el rosado en sus mejillas que combinaba tiernamente con su suéter, o como le brillaban los ojos cuando su amigo se le acercaba a charlar. Algunas veces Jungkook lo había encontrado observando las flores y eso le hacía creer que el chico era un ecologista, otras veces lo había pillado colgando de las ramas del árbol detrás del establecimiento y eso le hacía confiarse aún más de que él era menor, pero lo que más veces había encontrado Jungkook haciendo al chico del suéter salmón era llorar. Lloraba solo y escondido, lloraba con dolor, lloraba con miedo... y Jungkook deseaba tanto poder escuchar sus penas, estar a su lado, poder... abrazarlo.

-"Hola... yo quiero invitarte a salir esta tarde, ¿podrías acompañarme?" -había practicado tanto, tenía esas palabras memorizadas. Una semana completa frente al espejo imaginando que ese chico estaba frente a él e intentando no tartamudear y fallar, sólo quería poder oír su voz, un sí o un no bastaban si con ello lograba oírlo. Pero no pudo evitar sonar completamente nervioso, a pesar de no haber tartamudeado.

Y mientras aprovechaba la cercanía para observar aquella piel tan lisa y pura como la porcelana, mientras grababa la mejor imagen de aquellos labios de un tono rosado pálido en su mente, mientras esperaba y anhelaba por aquel monosílabo que se definiría en su felicidad infinita así se tratase de una negativa, el chico sólo asintió con lentitud y se le encendieron las mejillas. A Jungkook se le descompuso el estómago de los nervios porque acababa de aceptar su petición el chico que se había vuelto el centro de toda su atención, así como también comenzó a darle jaqueca porque ya era la segunda vez que el chico se negaba a las palabras con él.

-"¿De verdad? Eso es... genial" -sonrió y tragó saliva al notar como el chico mordía suavemente su labio inferior. Tal vez lo hacía a propósito, tal vez sólo buscaba matar a Jungkook de un infarto por lo tierno y caliente que se veía ante aquel simple acto como lo era morderse el labio.

El chico asintió nuevamente y ocultó la mitad de su rostro entre sus manos cubiertas por las mangas de aquel suéter de hilo color salmón, desvió sus ojos hacia los lados evitando la penetrante mirada que Jungkook le dedicaba debido a que nuevamente había decidido asentir; por tercera vez el chico dueño de sus pensamientos, sueños y tiempo se había negado a dejarlo oír su voz.

-"Entonces... nos vemos luego" -sonrió y rascó su nuca- "Sería genial si me esperases en la biblioteca, debo... debo ir con una profesora antes" -relamió sus labios y observó como las mejillas del chico se coloreaban de un rosa levemente más fuerte que el que ya poseía, sonrió ante aquel efecto y asintió para sí mismo, el chico asintió por última vez antes de marcharse algo encorvado. Jungkook suspiró y pensó en que eso había sido bastante sencillo a pesar de los nervios que aún mantenía en su estómago desde que había decidido que le hablaría aquella vez pasada. 

Mudo {Yoonkook}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora