Capítulo 2: Misteriosa salida

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Marysol: ¿Qué hiciste Mal...?

Malena: Si te dijera que invité a Daniel a la inauguración del boliche de esta noche... ¿cómo reaccionarías?

Marysol: Ya te dije que no me interesa y sabes muy bien porqué.

Malena era la única persona fuera de mi familia que sabía lo que me había pasado hace años.

Malena: Lo sé, pero estuvo muy insistente en que lo invitara y me daba pena decirle que no, además le dejé muy claro que no estabas interesada.

Marysol: Bueno, no tengo ningún problema en que lo invites, me cae bien, parece tierno pero hasta ahí.

Daniel era el nuevo vecino de Malena, desde hace una semana y lo conocí hace tres días, según ella se había quedado "embobado conmigo", cosa que no creo, en estas cosas tiende a exagerar, algo muy típico en ella.

Malena: Lo sé, lo sé, repito, le deje bien claro que ni se te acercara.

Marysol: ¿Qué hiciste? Conociéndote sé que sos capáz de hacer una locura.

Malena: ¿Yo? Por favor... soy incapaz!! No me ofendas —dijo intentando parecer ofendida.

Marysol: Malena...!!!

Malena: Nada malo, lo prometo!!

Marysol: No te creo, además no hagas promesas de las que no estás segura... es lo que diría mi mam... —dije en casi un susurro.

Malena: ¿Mar...? ¿Estás bien...?

Marysol: Si, si no te preocupes —me apresure a contestar. Pero la verdad es que no estaba bien, ya pasaron 8 años desde que mi mamá nos abandonó y aún la extraño a pesar del dolor que me causó que lo haya hecho.—Además sabes perfectamente que sé me defender sola muy bien.

Malena: También lo sé... pero bueno cambiemos de tema mejor, ¿te estás preparando para esta noche?

Marysol: Sabés que sí, pero si te soy sincera no tengo muchas ganas...

Malena: Marrr, ponele pilas porque si vas con ese ánimo, no solo vos vas a pasarla mal, nos vas a contagiar a todos con ese humor.

Marysol: ¿Cómo todos? Mal ¿a quiénes más invitaste?

Malena: Ups... nos vemos esta noche. Besos, te quiero. Bye.

Marysol: ¿Mal? ¡Mal!!. Siempre con sorpresas esta chica —dije para mí misma mirando el celular. Suspiré.

Dejé el celular sobre la mesa de luz y comencé a secarme el cuerpo, mire la hora, faltaba una hora para que Malena me pasara a buscar en su auto, yo aún no tenía mi carnet de conducir y en la práctica me faltaba bastante todavía, mi papá se la pasaba de viaje y mi tío... pues era obvio que no podía enseñarme, tendría que esperar que mi padre, Gregorio Bustamante, se dignara a regresar y de paso me brindara un poco de su tan saturado tiempo, cosa que dudaba, en estas circunstancias conseguir mi carnet de conducir sería muy difícil. Me puse mi ropa interior y comencé a peinar mi castaño pelo, lo sequé con secador y decidí plancharlo, me vestí con el conjunto ya elegido y me maquillé, cabe aclarar que solo me pinté los ojos y los labios, prefiero el look más natural. Miré nuevamente el celular, faltaban cinco minutos asique decidí bajar las escaleras e ir a ver a Flora, mi abuela para recordarle que iba a salir.

—¡Pero qué bella está mi nieta favorita!—dijo sonriente.

—Abuela soy tu única nieta —dije riendo.

Dejame ser tu curaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora