Consejo 1: No creas que existe el amor a primera vista

2 0 0
                                    

Este es mi primer consejo, bueno más bien es una aclaración.

NO EXISTE EL AMOR A PRIMERA VISTA.

¿Entró en esa cabecita tuya? ¿Sí? Bien.

No te creas todo lo que dicen en los libros, eso de que cuando ves al amor de tu vida sientes en tu pecho una sensación indescriptible o que en tu estomago sientes a las mariposas revoloteando de aquí a allá cuando amor a tocado a tu puerta. Es una reverenda mentira.

Lo que sientes es atracción. Te gusta físicamente, te atrae. Eso es perfectamente normal, PERO ESO NO QUIERE DECIR QUE ES EL JODIDO AMOR DE TU VIDA ¿QUEDÓ CLARO?

¿Cómo se esto? Fácil, espera a que te cuente...

En ese momento tenía dieciséis años, estaba en los dos últimos meses de mi último año de secundaría y era mi primer día en un curso introductorio de la universidad para poder tener un cupo asegurado en la carrera de mis sueños.

Ese día había salido corriendo del liceo, prácticamente arrollando al que estuviera en mi camino, tenía media hora para correr a casa-Gracias a todo lo bueno de este mundo vivo a una cuadra de mi liceo-, bañarme, cambiarme el uniforme, comer y estar lista para irme.

Lo bueno es que mi padre estaba en la ciudad y podía llevarme. Rápidamente llegue a casa, saludé a mi hermana, me arranque el uniforme con rapidez y me adueñe del baño antes de que a mi hermana se le antojara hacer cualquier cosa en él y se adueñara como por una hora.

Me vestí sencilla. Y cuando digo sencilla, es sencilla. No tipo las historias de Rayita que dice eso y termina como súper modelo. Me coloqué una camiseta negra, unos jeans azul oscuro y unos zapatos deportivos azules. Sin maquillaje.

Normalmente no me atrevería a salir a la calle sin al menos un poco de polvo encima, no tengo el cutis más bello. Pero no quería llamar la atención, a la universidad a la que voy, bueno, digamos que ha habido muchos casos de agresiones y de violaciones sin mencionarles muchas otras cosas más.

¿Cómo es que mis padres o yo misma me permito ir allí? Fácil, a pesar de ser un nido de crímenes, académicamente hablando es de las mejores universidades y los profesionales que salen de ahí son de los mejores. Lamentablemente más seguridad a mi persona requería menos calidad académica y no me podía permitir eso.

Me estoy desviando. El punto es que salí rápidamente de mi casa y afuera, esperando, estaba mi padre en su auto. Apresurada entre en el auto y salude a mi padre.

Por los momentos no entrare mucho en detalles, pero digamos que desde la separación que mis padres habían tenido unos años antes, nuestra relación nunca volvió a ser la misma. Siempre nos manteníamos en temas neutrales y que evitaran peleas, no queríamos repetir el fiasco de hace un año.

Me vuelvo a desviar, es muy fácil hacerlo. Entre tema y tema con mi padre en unos veinte minutos llegamos a la universidad, específicamente a la facultad de Ingeniería.

Si, estaba aplicando a ingeniería. Lo sé, ingeniera y libros, números y letras ¡Eso no combina! O alguna cosa así dice la mayoría, realmente no me importa lo que opinen sobre eso. Una cosa es mi hobby-que son los libros- y otra es a lo que quiero dedicar el resto de mi vida.

Mi padre me dejo enfrente a la facultad, se despidió de mí y me dejo ahí. Sí, me dejo tirada en un lugar en el que solo había estado una vez cuando mi hermana me acompaño a inscribirme la semana anterior y sin remordimiento alguno.

Seeeh, así es mi padre. No les mentiré, tenía algo de miedo, las historia sobre este lugar no son bonitas y muchas son ciertas.

Me dirigí a la taquilla de atención estudiantil en la cual me inscribí y le dije a la amable chica mi sección asignada para que me dijera a donde tenía que ir. Después de una serie de direcciones bastante confusas me aventuré a ello.

Sin mentir me perdí tres veces. Adelante, ríanse, me lo merezco.

Hasta que al final una chica me guío a mi aula. Nunca la iba a conseguir con esas direcciones, pero bueno que se le hace...

Tenía dos clases ese día. En la primera la profesora no fue-decepcionante ¿No?-, toda mi sección y yo estuvimos esperando dos horas sin hacer nada y como era el primer día casi nadie hablaba en el aula.

Después de esperar tanto nos dirigimos a la otra aula, aun quedaban unos veinte minutos antes de que el profesor tuviera que llegar. Estaba algo nerviosa y un poco desesperada por hablar con alguien. Detesto esa incomodidad de estar en un nuevo lugar y no conocer a nadie, intenté calmarme un poco y me paré enfrente de un aula cercana a la que me tocaba.

Y ahí fue cuando lo vi... JAJAJAJA, lo siento, lo siento. Me dan risa mis propias acciones y/o pensamientos de ese momento, como si quisiera que mi vida fuera una novela romántica. Estaba un muchacho, era alto-Mi primer requisito para que me guste un chico-, algo lindo y tenía una cara de aburrimiento. Me vio y me dio una sonrisa rápida.

Se me acelero el corazón por los nervios-¡Por los nervios, no por nada más!- Y le di una sonrisa rápida. Estoy casi segura de que me sonroje, pero espero estar equivocada, odio cuando me sonrojo.

Pensé que podría hablar con el chico lindo, pero el volteo y vio dentro del aula que tenía a su lado. Dentro estaban algunos chicos de nuestra sección, estaban hablando de algo y él entro.

Estaba un poco decepcionada de que no me hablara y de nuevo la desesperación por comunicarme burbujeo en mi garganta. ¡Necesitaba hablar con alguien! Espere unos momentos, para no ser una total acosadora y parecer que seguía al chico-Aun cuando fuera así-, entre al aula y me senté en un puesto cercanos a los chicos que estaban. Hablaban como si todos se conocieran y me sentí algo excluida, por los nervios no quise interrumpir.

Así que hice lo que hago cuando no tengo nadie con quien hablar y no quiero morir de la desesperación.

Me puse a dibujar.

No dibujo especialmente bonito o soy una estrella en ascenso, nada que ver. No es modestia, es la simple verdad, dibujo medianamente decente. Normalmente me gusta dibujar rostros de perfil, se había convertido en mi afición unos meses antes, así que me puse en eso. La única muchacha en el grupo, que por cierto era la que más hablaba y se reía, me observo dibujar y empezó a entablar una pequeña conversación conmigo, era bastante agradable la muchacha y su risa era algo contagiosa. Su nombre era Natalia.

Al rato llego otra muchacha y se sentó enfrente de mí y empezó a preguntar unas cosas. Ella era muy bonita, tenía unos ojos sumamente expresivos aun cuando eran oscuros, un hermoso y lacio cabello color caoba y una pequeña sonrisa adornando su rostro. Su nombre era Julieta.

Al rato los muchachos nos integraron a nosotras dos en la conversación y los nervios que me habían dominado las últimas dos horas habían desaparecido, se sintió muy bien reír un buen rato.

Debo decir que el otro profesor tampoco fue, pero el día no fue tan mal, pude conocer buenas y divertidas personas. Ah y el chico lindo se llamaba Andrés.

Podría seguir contándote cosas sobre ese día, cosas que nos contamos, de las que nos reímos o de las que aprendí de Andrés. Pero no inciden realmente en la historia y a ti no te beneficiarían en nada.

Simplemente te recalcare lo que te dije al principio. Aunque creo que esta vez no gritare, creo que te quedo bien claro.

Lo que sientes-lo que yo sentí en ese momento- no era amor o un aviso de mi corazón de que era la persona correcta. Era solo atracción y es algo que te debe quedar muy claro, cariño.

Dejémoslo hasta aquí de momento. Después continuaremos con otro consejo, pero espero que este de verdad te quede claro, porque si no te darás un buen golpe cuando menos te los esperes.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 08, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Consejos de una romántica empederninaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora