Mama siempre me decía que en los pequeños pueblos sucedían grandes historias. A veces esa frase se me pasa por las noches, e imaginaba las cosas que pasaban en esos pequeños pueblos y que nadie conocía. Pero a mi padre esa frase lo marcó,tanto que después de 2 meses que mamá muriera nos mudamos. Mi hermano Hayes me decía que lo hacía para cerrar el ciclo y Will creía la misma teoría, así que ninguno de nosotros le hizo frente ante la decisión. En la mañana del 20 Enero mi Sky me levanto dándome pequeñas cachetadas en la mejilla.
-Levántate, ya estamos por irnos. -Anunció con su delicada voz.
Lo noche anterior papa nos dijo que hiciéramos maleta, nos vamos de la ciudad definitivamente. Luego de cepillar mis diente,cambiarme y bajar a comer note que la casa estaba vacía. No hay ni un solo mueble. Papa nos tenía la comida en platos desechables y jugos en cajita.
El pueblo quedaba a 3 horas de la ciudad, por tal motivo mi hermano Will nos empaco papitas de casi todos los sabores, algunos dulces para Sky y lleno un disco de nuestras canciones favoritas que teníamos en común. Subimos al auto, y en poco tiempo ya habíamos salido de la ciudad y empezamos a ver grandes campos verdes y árboles.
-¿Crees que el pueblo sea lindo?-me preguntó Hayes. Solo papa conocía el pueblo.
Alcé los hombros en forma de respuesta.
-Me asegure que tuviera escuela. -Dijo papa desde el timón-es lo importante ahora, el otro año nos las arreglaremos con la universidad.
Hubo un largo silencio y entonces Will que estaba en el puesto del copiloto puso el disco.
Luego de un tipo sonó la canción de la boda de mis padre. Y todos nos miramos como si estuviéramos esperando un gran golpe. Mi padre frenó el auto, y le pidió el favor a Will que manejará. Quería descansar. Quería sanar. Mi padre tomo mi puesto y yo ocupé el antiguo puesto de Will. Luego de un tiempo todos estaban dormidos, solo Will y yo teníamos la vista en la carretera.
-¿Crees que papá se case? Digo en unos años-pregunte al aire.
-Nash,creo que papá se va a casar con nuestra nueva casa y el pueblo. Porque le recuerda a las palabras de mamá. Era,es la mujer de su vida,no la va a olvidar nunca. Al igual que nosotros. Aún escucho a papá llorar en las mañanas y mis lágrimas se salen. -dijo con la voz rota.
Y era cierto,quizás hay heridas que nunca cierra, porque nunca nos van a dejar de importar.
Y entonces le dije a Will:
-Papá no quiere una vida nueva en el pueblo, la quiere para nosotros. Quiere que tengamos una gran historia.
-Así es hermanito,así es.Un letrero que decía" Bienvenido a Verona" nos anunció que ya habíamos llegado. Para cuando eso sucedió ya todos estaban despierto. Will y yo nunca dormimos. Papá le indicó en donde quedaba la casa mientras que Sky chillaba en alegría. Nos estacionamos en una casa de dos piso azul, con un pequeño balcón a la izquierda. Era nuestra nueva casa.
Hayes y yo teníamos clase a las 8 de la mañana, Will nos cocino huevos revueltos y galleta de mantequilla. Cuando salimos de la casa, en la casa de al frente también estaba saliendo un chico con una mochila en su espalda. Parecía cansado.
Las clases de la ciudad comparada con las de Verona no tenían mucha diferencia, y tanto como en la ciudad como en pueblo Hayes hacia amigos más rápido que yo. Tuvimos clase de matemáticas con un profesor que parecía que en cualquier momento se iba a dormir, luego química con una profesora de aproximadamente 23 años. La escuela era fresca y grande. A las 2 de la tarde Hayes y yo tuvimos nuestra ultima clase: religión.
Cuando ibas saliendo de clase un chico tropezó con Hayes, este se voltio a ver quién era. Era el chico de al frente. Tenía los ojos llorosos y le sangraba la nariz.
-Disculpa.-Dijo y sin más de fue.
Hayes me miró asustado.
-Que extraño, el pobre se ve mal.
-Si.-contestó mientras veía como el chico se alejaba.
Seguimos nuestros camino a casa, más adelante vi al chico que hace poco tropezó con Hayes, iba de la otra cera. Hayes me tocó el hombro para que lo viera, pero yo ya lo hacía.
El chico tosió y es hizo que llamara la atención de los dos. A continuación se desmayo.
-¡Nash!-chilla Hayes y corre hacia el chico desplomado. Lo imito.
Nos acercamos y tiene los ojos cerrados y con sangre seca en la nariz.
-Creo que el vive al frente de nosotros. En la mañana lo vi salir.
-¿si?
-si
-bien, ayúdame a llevarlo.
Hayes lo levanto como pudo, y hicimos que su cuerpo inmóvil se apoyará de nuestros hombros, de manera que yo tenía su brazo izquierdo pasando por mi cuello y hombro, y Hayes el derecho.
Avanzamos hasta la puerta de la casa del chico y toque el timbre. En 2 segundos un señor alto se encontraba delante de nosotros.
-¡Dios mío!-exclamó al ver la escena. -Pasen, déjenlo en el mueble.
Hayes y yo así lo hicimos. Con cuidado acordamos el cuerpo del chico, acostado.
-Por favor tomen asiento. -pidió el hombre desde algún lugar de la casa.
Cuando volvió tenía una bandeja en sus manos , en ella dos vasos de lleno de Coca-cola y un trozo de chocolate.
Nos brindó los vasos, Hayes y yo dijimos gracias al mismo tiempo.
El hombre le pasó el chocolate por los labios al chico por un rato.
-Rara vez le pasa esto.-Comenta.
-¿Le pasa que?- exclama Hayes
Lo miro y abro los ojos. El me hace una expresión de que no le importa.
-Desmayos, se pone pálido, a veces le sangran la nariz y los odios y...-se detuvo como si fuera estado a punto de meter la pata.
Me levanto y dejo el vaso vacío en la mesa.
-Nos encanto ayudarles, mi hermano y yo nos vamos. -No espero una respuesta, agarre a Hayes por la muñeca y salimos.