El lado desconocido

El comienzo de todo

Tan solo faltaba una semana para salir de la escuela, las vacaciones de verano se venían con todo y los alumnos de la preparatoria "Eagle's nest" se estaban preparando para lo que sería la última fiesta.
-No me interesa ir, no iré- Decía Clara con decisión.
Clara Waller, tiene dieciséis años y vive en New York, Manhattan para ser más exactos, odia los bailes escolares ya que su timidez le impide ser notada.
-¡Lo importante es que he tenido sueños fantásticos estos últimos días!, y pesadillas horribles... -continuó hablando la chica.
-¿Realmente crees que es normal?, digo, nadie sueña eso por tanto tiempo -Respondió Amelie, su mejor amiga.
Clara sabía que algo andaba mal, o quizás no, quizás solo algo andaba raro, pero no traería malas consecuencias.
La muchacha vivía con su mamá y su abuelo, no era hija única, pero el hermano mayor al separase sus padres decidido irse a Chicago con su papá.
Cuando la adolescente llegó a su casa, ya no eran los sueños los que la atormentaban, eran visiones, Clara se sentía mareada y ya no sabía que pasaba, veía un lugar, un lugar hermoso, pero que en momentos se llenaba de oscuridad, se sentó en su cama y luego se acostó boca arriba, en un momento sus ojos ya no distinguían donde estaba, las visiones se estaban apoderando de ella y en su desesperación cayó  al suelo y comenzó a pedir ayuda, las tormentosas apariciones de cosas en su mente se detuvieron, y alguien llamó a la puerta.
-Clara - Decía alguien al otro lado de la puerta.
La chica con miedo se acercó con la intención de escuchar lo que estaba pasando.
La voz desconocida nombrando a Clara seguía, así que decidió abrir, al abrir la puerta la sorpresa fue mucha, era una mujer, una mujer alta, con un vestido rojo largo y un abrigo de piel notablemente falsa de color blanco con el mismo largo del vestido, pelo negro  hasta el cuello y lentes con punta en cada extremo, lo más notable, era su collar con un diamante gigante.
-Hola Clara - dijo la mujer quitando sus anteojos de su cara.
-¿Quien eres tú? -dijo Clara algo asustada sosteniendo la puerta. -Como sabes mi nombre - Siguió la muchacha.
-Clara te necesito, te necesitamos...¡es hora!, las visiones...¡ya tienes 16 años!, Clara, es hora de que descubras quién eres.
La mujer insistía en la idea de que la adolescente entendiera que hacía ella allí, pero no era nada fácil.
-Clara, tu no eres una muchacha ordinaria, no eres como los demás, tú tienes algo que muy especial, tu puedes hacer magia. - dijo la mujer.
Clara totalmente confundida y asombrada no sabía qué decir, esto para ella era imposible, pero tenía sentido, la desconocida había hablado de visiones, visiones y sueños que ella había experimentado.
A la mente de la chica vinieron recuerdos de ella pequeña, cuando le pasaban cosas inexplicables, que según su psicóloga era normal a esa edad imaginar cosas, pero ella ahora lo sabía, ¡no lo imaginaba! todo lo que había pasado era real, esa vez que estaba tan enojada que prendió fuego al sofá solo con sus manos, no era mentira, no había sido con una vela como decía la mamá que había sucedido,no, todo era real, ella era real, sus poderes eran reales.
-¿Y ahora que? -preguntó la chica entre nervios.
-Ahora te irás, vendrás conmigo y aprenderás -respondió la mujer.
-¿Que?, ¿donde iremos? -seguía Clara.
-Al campamento o academia de artes mágicas y criaturas sorprendentes del señor Shooter, o mejor dicho "Strangersall" -Dijo la extraña, -Ah, tú no eres la única principiante cariño. -continuó esta.
Cuando ya había pasado una hora de este encuentro Clara comenzó a empacar y a hacer los planes con su madre sobre lo que sería el "campamento de arte en el campo", la chica sabía que su mamá no entendería si le contaba lo que realmente estaba pasando, para suerte de la muchacha esta se lo tomó bien, al parecer necesitaba un momento para ella, y un campamento gratis "del gobierno" con todas las fichas buenas y papeles a la hora estaba bien.
La verdad es que la mamá de esta chica era un poco despreocupada y confiada.
al día siguiente, a las 6:30 am Clara tomó el avión hacia Virginia, y luego debió llegar a Poquoson, ahí estaría la mujer esperándola.
Al llegar solo era campo y lagos, nada diferente, ningún campamento, ninguna academia, nada extraordinario, más bien todo normal y algo aburrido.
-¡Clara! -dijo una voz.
Si, era ella.
-¿puedo hacerte una pregunta? -dijo Clara gritando. -La verdad no hay nada aquí, y no sé tu nombre, ¿no crees que si vas a estar conmigo en esto deberías decírmelo? -continuó la chica.
-¡oh! ¡jajaja! lo olvidé por completo -respondió la mujer. -Annesty, ese es mi nombre.
Solo había un cartel, que decía "Mystic Forgotten", pero después de eso un bosque, que parecía ser infinito.
Cuando la muchacha comenzó a pensar en lo que estaba por pasar, en que ella era especial y en los poderes que podía desarrollar, a lo lejos se veía una entrada, árboles gigantes y algo que no se parecía nada al lugar en donde estaban, claro, solo el que creía podía ver.