Capítulo 5

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La luna llena se fue escondiendo lentamente hasta dejar paso a un sol brillante. Este fue cubierto por unas nubes grises de las cuales comenzaron a caer pequeñas gotas de agua.

En una habitación lujosa dos cansados cuerpos respiraban lentamente dando a entender que estaban dormidos, Yuuri tenía su cabeza apoyada en el pecho de Viktor que lo abrazaba por la cintura de manera posesiva. La lluvia incesante comenzó a caer con más fuerza, produciendo un molesto ruido al chocar contra el techo de madera, logrando que el castaño se despertara. Sintió como su cabeza subía y bajaba con lentitud y, al abrir los ojos pudo ver aquel pecho tan pálido como el suyo, alzó su vista encontrándose con el apacible rostro del mayor.

Rápidamente, los recuerdos de la noche anterior lo golpearon con fuerza haciendo que sus mejillas se tiñeran de rojo intenso más sin embargo no se separó del agarre del peliplateado y mucho menos lo dejó de ver su masculino rostro. ¿Por qué habría de hacerlo? Nunca, en sus veintitrés años, se había sentido tan querido y protegido como se sentía al estar entre los fuertes brazos de Viktor Nikiforov, no quería salir de entre esos brazos. Sonrió levemente antes de volver a cerrar los ojos, quedándose profundamente dormido.

Horas después, la tormenta empeoró sin embargo ambos amantes estaban completamente agotados. La noche los había dejado exhaustos, más al ruso que a pesar de haberle encantado no estaba acostumbrado a hacerlo tantas veces. El japonés lo había dejado completamente seco. De pronto, el teléfono de Viktor comenzó a sonar con insistencia, haciendo que Yuuri se despertara.

―Mmmh...Viktor... el teléfono ―Murmuró el castaño con voz adormilada, acurrucándose en el pecho del mayor.

―Maldición...―Alejó su mano de la cintura de Yuuri y agarró su teléfono, atendiendo con molestia― ¿Qué quieren?

― ¡Maldito bastardo ¿Dónde mierda estás?! ―Le gritó Yurio por el teléfono― ¡Todos te están esperando para la reunión!

―Ah eso...―Suspiró pesadamente antes de acercarse más al castaño―. Te dejo a cargo de todo, sé que lo harás bien sino...ahí esta Christophe.

― ¡¿Qué?! ¿Por qué no viene...con quien estás maldito baboso? ―le preguntó el rubio casi al borde de un ataque.

―Estoy agotado, no tengo cerebro para hablar sobre "trabajo", si estás en mi lugar no dirán nada ―le respondió ignorando la pregunta del rubio―. Nos vemos luego.

Y sin más le cortó la llamada al Yurio regresando su brazo nuevamente a la cintura del castaño, acariciando suavemente la zona con el dedo índice. Yuuri esbozó una sonrisa al sentir la suave caricia antes de abrir los ojos, fijándolos en la celeste mirada. Viktor se acercó lentamente uniendo sus labios en un suave y casto beso.

―Buenos días, mi pequeño Yuuri ―dijo el ojiceleste al separarse de los labios del menor.

―Buenos días Viktor ―Le regresó el saludo antes de desviar la mirada por los nervios.

The Gangsta ~VictuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora