Prólogo

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La vida de Annie Dornan no era lo que los habitantes de New York creían. Detrás de esas enternecedoras miradas que soltaban sus ojos color ámbar se ocultaba un gran secreto.

Ella era la conexión entre la vida y la muerte.

(...)

En el siglo XIV año 1368 su nombre era Candice Jones. Su infancia fue extremadamente perfecta. Amaba vivir en las aldeas del campo despertando con el olor de las cosechas entrando por su orificio nasal. Disfrutaba correr por horas en los grandes descampados , y lo mejor de todo era andar en caballo. Sus vestidos también destacaban en sus cosas preferidas. Le encantaba sentarse durante horas viendo como su madre se los cocía. Sin embargo en aquellos siglos la edad también avanzaba, y también había formas de revelarse. Había formas de romper las reglas, nada más que las consecuencias eran aterradoras.

Recién cumplidos los 16 Candice descubrió que no era como las demás jóvenes de la aldea, ella tenía algo especial, algo que nunca le habían advertido que llegaría su vida. Era una bruja, y no cualquier clase de bruja. La familia de brujos Jones era la más poderosa de todo Centroamérica. A medida que aprendía sobre sus poderes también aprendía que había seres de la oscuridad, demonios, roba almas. Todas las cosas que había leído en los cuentos de fantasías existían.

Candice envuelta por el deseo y la curiosidad decidió comprobar por ella misma que había mas allá de los seres de la oscuridad.

(..)

En su mente solo quedan pequeños recuerdos de lo que fue aquella vida, sabe que hizo algo mal y su familia la condeno con una terrible maldición.

Llevaba años muriendo y reviviendo constantemente. Siempre su aspecto era igual, estatura promedio, cabello castaño oscuro, el que aveces llegaba a parecer pelirrojo. Sus ojos color café los cuales depende el clima se convertían en color ámbar y labios tono coral bastante claro. Lo único que cambiaba en ella era el nombre. Su deseo de descubrir la historia por la cual fue condenada está allí cada mañana al despertarse, y aunque viajaba por todo el mundo en busca de respuestas su maldición cada vez causaba que le cueste más trabajo.

La maldición no era vivir para luego morir y volver a renacer, su condena iba mucho más allá de eso. En los años 1300 incluso hasta el 1800 era algo que podía mantener bajo su control, pero actualmente en el 2014 es todo mucho más complicado.

Ella es un ancla.

Cada persona que muere en el mundo aparece ante sus ojos, puede distinguirlos ya que un frío se apodera de su cuerpo a medida que estos se acercan. Además sus miradas frías transmiten más que mil palabras, jamás pudo hablar con uno de ellos, solo se quedan allí parados hasta que deciden afrontar su destino y pasar a través de ella, sí, debían pasar por el cuerpo de Annie para encontrar paz. La consecuencia de este acto es que Annie se estremece de dolor, ya que su cuerpo siente lo que la otra persona sintió al morir, es decir sentía como si le dispararan, como si la quemaran, entre otras cosas. Con el tiempo se acostumbro a aquello, el problema era que el mundo cada vez estaba más sobre poblado por ende había cientos de muertes por día.

(...)

Aunque un día entra en un verdadero apuro, ningún muerto quiere pasar a través de ella. Todos se quedan rondando a su al rededor. Pero todo se complica cuando ya no logra distinguir quienes son los vivos, y quienes los muertos.  

Obscurité | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora