Un chico con los pelos rizados se acerca a mi y sonrie. Su sonrisa es totalmente perfecta y esos hoyuelos hacen que se derrite el corazon. Por no hablar de esos ojos tan seductores.
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*BIP BIP BIP* me despierto y me doy cuenta de que todo habia sido un sueño, un perfecto y maravilloso sueño. Me levanto de la cama y me dispongo a ir al cuarto de baño. Me miro al espejo y pienso en el chico de los pelos rizados.
Me doy una larga ducha y salgo de baño con una toalla enrollada en mi pelo. Abro el armario y cojo lo primero que pillo en el armario para ir al instituto.
Cuando acabo de maquillarme, peinarme y vestirme bajo deprisa las escaleras para ir al salon y dar los buenos dias a mis padres.
Estaban desayunando, mi madre tenia los ojos rojos y algo inchados estaba preocupada, no sabia lo que le pasaba o porque habia llorado. Me siento a su lado y le pregunto:
-¿Que te pasa mama? -digo preocupada-
-Nada cariño no te preocupes -dijo aun mas triste-
-Te conozco se que te pasa algo... cuentamelo por favor digo casi suplicando-
-Bueno, veras... unos amigos mios han muerto esta noche en un accidente de coche y han dejado a su hijo a mi cargo, no se cuando vendra -dijo con lagrimas en los ojos- espero que no te importe que se quede aqui, viviendo con nosotros hasta que se gradue, ademas tiene tu edad
-No te preocupes mama no me importa que se quede, -digo abrazandola-
-Gracias cielo -me sigue el abrazo-
-¿Conozco al hijo de tus amigos? -digo-
-Si, erais amigos de pequeños, pero eras mi pequeña ya no te acordaras de el -dijo-
Y mi madre tenia razon no me acordaba de el, no sabia como se llamaba, ni como era... ademas no se si me caera bien o mal -pienso-.
Estabamos acabando de desayunar cuando escucho el timbre sonar. Mi padre me mira dicendo con la mirada que fuese a abrir yo y eso hice.
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