EL CAZADOR INCOMPRENDIDO.
Como era de esperarse era media noche, todo era felicidad en la ciudad de Roma gracias al carnaval que se hace cada año; estos días han sido muy raros para mí ya que la gente no está enterada a lo que realmente me dedico.
Mi nombre es Edson Paúl, tal ves mis padres me pusieron así porque era fácil y corto, no lo sé, pero lo que si sé es que ese nombre es tonto; todas las noches salgo a cazar, algunos piensan que comida, otros piensan que animales para que mis padres puedan vender su carne y piel para producir abrigos; pero lo que no saben es que en verdad soy un cazador de criaturas mitológicas que quieren perjudicar a la sociedad de mi hermosa Roma.
Esa misma noche iba caminando por el frío bosque, no se escuchaba más que el ulular de un búho que estaba cerca de mí; cada pisada que daba se oía el crujir de las hojas otoñales, como era común estaba en busca de esas malditas criaturas, pero lo único que encontré fueron pequeñas ardillas que corrían y volaban entre los enormes árboles y pinos.
En un momento de ociosidad y cansancio me propuse a tomar un descanso; no pasaron cinco minutos en cuanto escuché una pequeña rama crujir a lo lejos y en cuestión de segundos reaccioné y me levante, tome mi ballesta apuntando para matar a cualquier criatura que se apareciera, observe el bosque con mucho sigilo pero no pude ver nada ya que la única acompañante que tenía era la resplandeciente luna; agudicé un poco más la vista al igual que todos mis sentidos, todos estaban al tope por si sucedía lo peor; me moví unos metros a la izquierda y en ese momento algo salto de los matorrales que tenía en frente, mi reacción fue instantánea y lance una flecha con mi ballesta, agudice un poco más el oído pero no escuché que impactara con nada, me moví un poco más y, gracias al único resplandor de luna que llegaba, me di cuenta de lo que se movía; era un pequeño conejo en busca de refugio.
Después de dejarlo libre y de una pésima noche me propuse a regresar a mi cabaña en las afueras de Roma, al rato de caminar por el bosque pasé la valla que divide la iglesia y el coliseo y me tomé un rato para platicar con el padre Cesar sobre los acontecimientos del día; al terminar salí de la iglesia y seguí mi camino, pasé varias calles y me encontré con un joven en la taberna del señor Tutti.
UN TRISTE PASADO.
Mi nombre es Altaír, nací en un pueblo conocido como los Shaolin Mons donde aprendí mucho como ser una buena persona noble y solidaria, como mi padre, el cual era un caballero de la noche; para mí era el mejor que existía.
Una noche me dijo:
- Altaír algún día tú ocuparas mi lugar como un caballero de la noche y serás el mejor.
- No lo dudes padre, yo seré un gran caballero como tú.- Le respondí
Esa misma noche todo cambio cuando un clan atacó a mi pueblo, yo vi como mataron a mis padres, vi su sufrimiento con mis propios ojos, tenía la edad de 8 años, yo logre escapar… Pero mi pueblo cayo, y durante mi escapatoria vi una luz que salió de la nada, oí que susurraban algo en una lengua que no pude entender y caí al suelo, desde esa noche no recordé lo que paso. Desperté y lo único que estaba en mi memoria fue la caída de mi pueblo, lo único que yo quería era vengarme y desde ese momento jure que protegería a las personas con el fin de que no pasen lo mismo que yo. Fui creciendo y me volví ágil, valiente, sin temor a nada, aprendí a ser una persona honesta y solidaria pienso en los demás y nunca en mí, pero yo simplemente me volví una persona que se enoja con facilidad.
Después de un tiempo me dije a mi mismo que me dejara de tonterías y que era hora de enfrentar mi pasado y volver a mi pueblo. Regrese y vi los restos de mi pueblo todo estaba hecho cenizas, en lo que yo vagaba por ahí encontré mi antigua casa, donde vivía antes de que mis padres fueran asesinados y en lo que yo revisaba cada rincón de ese triste lugar halle las armas de mi padre: una espada muy pesada y un arco con varias flechas; dignas armas de un gran caballero como él. Tome las cosas, salí de ese lugar y volví al bosque, en mi camino decidí buscar a alguien que me enseñara a ocupar esas armas para usarlas en contra del clan que asesino a mis padres y a mi pueblo.
