Dr. Lyon - Prólogo

5 1 0
                                    


      Era hace ya algún tiempo, el cuatro de Septiembre del año 20XX, la noche ya había caído, y con ella el primer monzón de la temporada. Me encontraba de camino a casa con mi parka color marrón oscuro con el gorro puesto cuando entre la densa capa de lluvia que cubría mi alrededor ví una sombra, una deforme masa que se agitaba como bailando alrededor de algo en el suelo.

Al acercarme unos cuantos pasos más, logro identificar mejor la situación, se trataba de cuatro hombres, de media-alta estatura apaleando a alguien en el suelo, puede que algún ladrón o carterista. Lo iba a averiguar, ¿cómo? Sencillo, me situé detrás de un contenedor de basura color verde y de las profundidades de mi parka saqué mi teléfono y una bocina inalámbrica, recordé que hacia unos meses descargué una aplicación de "ringtones" en los cuales estaba el de "cop sirene" o simplemente "sirena de policía" la conecté rápidamente a mi teléfono y la reproduje. Unos incesantes "wi" y "us" llenaron el callejón, habían dos posibilidades, primera, irían hacia la sirena, segunda, no irían hacia la sirena. Fue la segunda, ví como salían corriendo por el lado opuesto del callejón tan pronto escucharon mi lindo ringtone.

¿Qué? ¿eso qué significa? Pues que no eran buenas personas.

Pasados un par de segundos de haberse perdido en la lejanía apagué el ringtone y me acerqué lentamente. Contrario a lo que hubiera pensado, en el piso se encontraba un señor mayor, de muy abundante barba color blanco, me agache sin sentarme en el piso con las manos en mis bolsillos.

-- Parece que no es su mejor día señor, ¿se encuentra bien?- No escuché nada en absoluto, pero el rítmico bajar y subir de su pecho indicaba que seguía con vida. Miré hacia los lados para encontrar refugio y lo encontré, un pequeño depósito vacío con un techado sencillo.

Arrastré como pude al ahora pesado anciano hacia el techo y lo senté hacia una de las paredes del deposito. Recuperé la respiración e intenté de nuevo hablar con él.

-- ¿Hola? -sin respuesta.
-- ¿Holaaa? -sin respuesta.

Tomé aire.

-- ¿¡HOOLAAAAAA!? -pude ver como abría los ojos y parpadeaba un par de veces, luego de rascar sus vidriosos ojos con el dorso de su mano izquierda, dijo:

- Te escuché en el primer "Hola" niño. -decía con un tono algo fuerte, rayando en lo grosero.

-- Entonces hubiera respondido antes -decía mientras tomaba aire y me sentaba en el suelo. Creo que me hice daño en la garganta.

- Entonces no lo hubieras hecho, si nada mas ibas a quejarte en voz alta, no me hubieras "rescatado" en primer lugar -dijo mientras hacía el símbolo de las comillas con ambas manos.

-- ¿Y dejarlo ahí junto a esa gente? Ni hablar, no me lo perdonaría -dije mientras exhalaba y miraba hacia el techo, el anciano soltó una pequeña risa. --¿Dije algún chiste? -le pregunté mientras me enderezaba.

- No -dijo mientras hacía un movimiento con la mano, después de un momento en silencio inclinó su cabeza hacia arriba y con un suspiro dijo pausadamente: - Nobleza, caballerosidad, gallardería, valentía, honor, sacrificio, gentileza. -terminó de decir cuando e hizo una pequeña pausa. -Son palabras que han perdido significado a través del tiempo, me preguntaste por qué me reí, ¿no? Bueno, tal vez porque me recordaras a mí mismo, hace ya mucho, mucho tiempo.

Exhalé.

--Supongo que tiene algo de razón, pero, ¿no cree que aunque su significado ya no sea el mismo, se deben de perder esas cualidades? Cada quien utiliza su vida como les place y más en un mundo como este, pero a veces es de ayuda pensar que sí importa cómo vivas. Aquellos que tuvieron una larga vida y supieron como utilizarla para el bien son para mí los verdaderos héroes -decía mientras me levantaba y exhalaba una risa la cuál el anciano siguió. --Pero ya basta de esta charla, hay que salir de aquí, no sea que esos hombres vuelvan, venga. -dije mientras le tendía la mano al anciano que andaba con la cabeza baja.

- ¿Y si... -pausó por un momento. -...te dijera, que yo puedo legarte esa larga vida y darte una oportunidad para que tu hagas lo mejor que puedas con ella?

-- Lo primero que diría es que suena como una locura -dije riéndome un poco. --Pero la segundo que diría sería: ¿a qué precio? -balbuceó. --¿Qué?

- ............Tu cuality-mortis, como yo le llamo. -dijo, sus palabras salían cortadas.

-- Mi... ¿Cualidad de morir? -dije, después exhalé. -- Supongo que hay peores cosas, y a lo mejor hago algo que de verdad valga la pena -hice una pausa larga.

- ¿Entonces? -preguntó el anciano.

-- Trato. -dije mientras le extendía la mano.

Lo último que recuerdo de ese día, es difuso, como flashes de luz por aquí y por allá, sonidos extraños y guturales, lo primero que recuerdo es levantarme de la cama con un serio dolor de cabeza, poco tiempo después descubrí que me había vuelto inmortal y que mis células habían dejado de morir, por lo cuál dejé de envejecer y me quedé con el cuerpo de un muchacho de dieciséis años. Así es como llegué aquí -dije mientras me levantaba de la banca de madera vieja en la que estaba sentado, admirando las vistas del parque en el que me encontraba y le dirigía una mirada a la conversadora anciana con la que había tenido el gusto de sentarme.

- Realmente tienes una gran  imaginación joven -decía la anciana mientras me regalaba una apacible mirada.

-- Supongo que si -dije yo esbozando una risa- Cuídese y tenga buen día -dije antes de darle la espalda y agitar mi mano en forma de despedida.

Esa noche tuve una pesadilla

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 10, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Dr. LyonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora