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Sentía una leve capa de sudor sobre mi espalda y cara. Era asquerosa. Normalmente no me molesta ya que me distraía y mi atención no estaba en ese detalle, pero ahora que estaba plenamente conciente de todo me daba cuenta que daba asco. ¿Siempre era así? Definitivamente era algo que iba a tener en cuenta para la próxima vez. Salí de mi cabeza cuando sentí un grito. Volviendo al presente miré a mi Olvier que parecía ya haber terminado. No me molesté en fingir lo mismo, como tampoco lo había hecho toda la noche. Sólo espere a que se saliera y se corriera un poco al costado.

Esa escena tan asquerosa que acaban de presenciar era a mí teniendo sexo con Olvier. Sí, se llamaba igual que el gatito de la película. Si eso no me tendría que haber sacado las ganas de un principio no sabía que más esperar. El punto de esto es que se supone que el sexo sea algo pasional, carnal, atrevido o secillo e incluso me atrevo a decir con amor pero lo que yo acaba de hacer se sentía más como una película porno barata. Me hacía acordar a una que vi una vez con dos asiáticos. Se trataba de una chica que era acosada por su tío y este se metía en un cuarto mientras el papá de la chica dormía y bueno, se imaginarán el resto. El punto era que nunca había visto un porno tan malo como ese, hasta hoy. Yo superaba eso. No es como si estuviera grabado un amateur o algo por el estilo, por lo menos hasta donde sabía nadie grababa nada en este momento. Pero esto si superaba con creces a los dos chinos. Oliver logró que por una vez en la vida pensara que el sexo era aburrido. ¿Deprimente? Bastante.

Me levanté de la cama y agarré mi ropa y bolso para cambiarme mientras me dirigía a la puerta y llamaba un taxi.
Cerré la puerta sin siquiera escuchar lo que me decía y apreté el botón del ascensor. Mientras bajaba me miré en las paredes de espejo y tristemente me di cuenta que me encontraba bastante peinada y mi labial estaba intacto. Sí, definitivamente hoy no fue mi noche.

Llegué a la acera del edificio y el taxi ya estaba ahí. Me apuré a entrar y partí rumbo a mi hogar.



Mientras calentaba una rebanada de pizza en el microondas recordé como fue que terminé en una situación tan patética.

Hoy, como era viernes había decidido salir un poco y despejarme del lío que había sido mi semana. Pandemonium era uno de los clubs más reconocidos del lugar y además conocía a algunas personas dentro que me facilitarían la entrada y me harían compañía. Sorpresa, sorpresa Oliver Mix era uno de ellos. Me caía bien y hacia ya unos meses que nos conocíamos. No creo que hace falta que entre en detalles. Nos divertimos, bebimos un poco y me dije ¿por qué no? Es agradable y es lindo. Tenemos química, qué más da.
Y así terminé en su departamento pensando en las facturas que debía pagar a fin de mes mientras él hacia lo suyo. En mí.
Y no. Antes de que piensen que soy yo la del problema dejenme explicarles. Mi entusiasmo al principio estuvo arriba, fue él, el señor-por-qué-cambiar-de-posición-si-así-estamos-bien el que arruinó mi noche y mató toda fantasía sexual. Luego de eso todo fue a la derriba y además el hecho de que no esté muy bien dotado no lo ayudaba.

En fin. La noche habia pasado y pensaba dormir hasta tarde hoy. El fin de semana recién comenzaba.

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⏰ Última actualización: Jan 27, 2017 ⏰

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