Lunes 10:30
Cuando desperté aún recordaba con lo que había estado soñando. Era un buen sueño. En él aparecía un chico de cabellos negros e intensos ojos azules. Nunca lo había visto, pero sentía que era como si realmente lo conociese. Después de pensar en todo lo que soñé, me dispuse a arreglarme, me puse una sudadera ancha, granate y mis vaqueros negros rotos, quería irme a desayunar al Starbucks de al lado de mi casa, me encantan sus cafés. Nada más salir, noté el viento helado en mi cara y tirité, las calles estaban vacías, algo muy normal en Londres en pleno invierno a las 10 de la mañana pero igualmente quería mi café.
Cuando ya estaba en él vino el camarero.
-¿Qué desea?- Un cortado si puede ser, por favor.
- Ahora mismo señorita. -Se iba con una sonrisa en la cara-.
- Que sonrisa de buena mañana trae. - murmuré para mi misma-.
Me trajo mi café, me despertó de lo dormida que estaba y de pronto alguien se sentó en frente mía sin saber porqué, no esperaba a nadie.
- Hola Irina, ¿qué tal tu mañana?
-Bien, pero, ¿qué haces aquí?
-He venido a tomarme un café, ¿ al final vendrás a la competición?
-No sé si podré ir, ¿te puedes ir ya? -contesté borde-.
-Que borde por tu parte, sólo venía a saludar.
-Lo sé, pero me gusta estar sola.
-¿Te puedo hacer una pregunta?
-Depende cual.
-¿Cuánto llevas aquí?
-Seis meses, vine de España a estudiar aquí.
-Se te notaba que en el acento no eras de aquí.
-Me levanté para pagar al camarero y me fui-.
-¡Pero no me dejes aquí solo! -gritó el chico rubio-.
-Decidí ignorar a John, no me parecía normal como hablaba conmigo sin apenas conocerme. Esto hizo que mientras caminaba de regreso a mi casa se tomase un profundo silencio entre ambos-.
-¿Se puede saber porqué me estás siguiendo?- pregunté sería mientras me giraba para mirarle a los ojos. Por fin había cortado ese silencio que se había formado, aunque realmente me molestaba más su presencia. Mi pregunta pareció divertirle, ya que se empezó a reir-.
-¿Qué es tan gracioso?- pregunté ya harta mientras me cruzaba de brazos. Cuando vio que mi cara no había ningún rastro de diversión, paró de reír para hablar, eso sí, sin perder la sonrisa de la cara.
-No te estoy siguiendo, mi casa está por aquí.- Enfocó sus ojos en los míos mientras sonreía- ¿Te apetece ir a patinar?-Me quedé en silencio, me encanta patinar y no podía decir que no aunque fuese con él- Me parece bien, pero no me des el coñazo.
-¡Bien! -Gritó el chico de alegría-.
Cuando llegaron a la pista de patinaje, no había nadie, pusieron el altavoz que había y eligieron una canción e intentaron imitar una coreografía de otros patinadores, así practicaban para la competición. Irina en realidad si quería ir a la competición, pero tenía miedo de ponerse nerviosa ya que hacía mucho que no patinaba.
-Me gusta esta, ¿a tí que te parece?
-¿Estás segura de que estarás a su nivel? Ya que dices que hace tiempo que no patinas...
-No sabes lo que puedo llegar hacer con un poco de práctica- le dijo en tono cortante-.

ESTÁS LEYENDO
Me Perdí En Tu Mirada
RomanceEra Irina Gontier, una chica hermosa, única como ella sola, con unos ojos preciosos verdes, pálida y cabello castaño casi rubio. Ella amaba el patinaje sobre hielo pero tuvo un percance y no salió bien. Él, es un chico misterioso, del que Irina no s...