Todo se fue

12 1 0
                                    

Todo se fue, a un lugar de no retorno, encerrado en paredes ficticias con figuras de mí, a este cerebro ya no vienen recuerdos, en ése estómago murieron las mariposas, inmutado, omitiendo el hecho que fallecieron las horas extras de besos y miradas, no dejo de pensar, o mejor, pensarte. Camino sin pies en el ruta sin sendero, estando en un lugar sin sentir y sin cerebro, actuando por inercia, porque así decían los libros que actuasen las personas en mi posición, ¿dónde voy a buscar lo que no tengo? Esa facilidad de sentir lo que sea, pero soy poeta, vivo de dolor y amor, aunque no puedo escribir sí alguna de esas cosas sobran, necesito balance, te necesito, nadie jamás había escrito para ti. Nadie jamás había redactado lo que yo. En esta hora de miradas idas y evocación, no quiero, no quiero, ¡no quiero más musa! Deseo dejar de escribir por un rato, pero no consigo hacerlo, el lápiz posee vida propia y no hallo controlarlo, en un inmarcesible deseo por hallar satisfacer mi carencia, me quedo sentado en esta azotea, observando la luna llena desaparecer cuando amanece, al frío apoderarse de mis manos y labios temblorosos, y cierto dolor que no se marcha. He de admirar el paisaje hasta mi muerte, que el frío consiga avivar mi vida y que la luna desaparezca para que me dé esperanza de que otro día vendrá.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 12, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Los malditos no duermen ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora