Últimamente me he sentido muy feliz, el chico que me gusta y yo estamos en una relación formal.
Aunque estoy en preparatoria tengo un novio universitario muy guapo, aunque yo soy fea y desagradable él me aceptó.
Chateamos mucho y estamos en constante comunicación, algunos días salimos juntos a pasear. El se ve feliz, su sonrisa es lo más hermoso que he visto.
A él le gustan las cosas que digo y hago, y yo amo todo de él. Mi madre está muy feliz de que tenga a un chico tan bueno y agradable de pareja.
Cuando no estoy con él me siento sola y vacía, él es mi todo, simplemente no puedo vivir sin él.
La primera vez que nos besamos me sentí feliz pero más que nada me sentí muy incómoda ¿Y si tengo mal aliento? ¿Y si no le gusta como beso? ¿Y si le resulta desagradable besarme y me deja? Al terminar de besarnos el sonrió y me dijo que me amaba, eso me hizo muy feliz.
He empezado a darme cuenta de que ya no me importa nadie más que él, mis amigos me parecen una molestia y me resultan aburridos, mi familia es complicada y estresante, me he dado cuenta de que solo él me puede hacer feliz.
No hay nada que odie más que ver mi reflejo, el verlo solo me recuerda que por mi desagradable apariencia es imposible estar con él para siempre. Soy repugnante y en algún momento él se tendrá que dar cuenta.
He comenzado a pasar mis días con la cara pegada al teléfono y a la laptop para chatear con él o simplemente para mirar su chat hasta ver que esté conectado, no puedo estar sin hablar con él, lo necesito.
Algunas veces me pregunto cómo es que yo puedo tener a alguien como él, cómo es que él puede querer a alguien como yo o cómo es que podemos ser felices siendo de mundos tan diferentes; El es popular y extrovertido, yo solo soy una más del montón y no tengo una gran personalidad.
Ya casi tenemos 3 meses de relación, no sé por qué pero él ha estado un poco distante conmigo. Creo que hice algo mal, pero no se qué.
Él me ha estado hablando de terapias para buscar ayuda, pero yo no necesito a nadie más que a él. Esas personas que pretenden "ayudarme" lo único que quieren es mirarme por debajo de ellos.
Él dice que ya no puede soportar mi inseguridad ¿pero qué quiere que haga? Es imposible ver a un sapo como si fuese un pavo real.
No puedo soportarlo, siento que voy a morir, él y yo estamos teniendo problemas por mi asquerosa apariencia, pero ¿es por como yo me veo? ¿Acaso no soy así? Es imposible que no sea así.
No, no, no... él quiere terminar conmigo... dice que ya no puede con mis problemas de autoestima... ¡PERO NO PUEDO CAMBIAR MI APARIENCIA!
Ya se... el problema es cómo me veo, eso dicen todos, entonces... si no me viera ya no habría ningún problema.
Apenas pensé en esto corrí al baño de mi casa y tome la navaja con la que mi padre se afeita, por última vez observe mi tan odiado reflejo en el espejo y con la sensación de matar a una cucaracha que estuvo rondando por días mi habitación clave la navaja en unos de mis ojos e inmediatamente lo clave en el otro, todo se torno al rojo vivo, duele... ¡DUELE MUCHO! Mientras dejaba escapar un alarido de dolor mi madre entra al baño y llama una ambulancia, después todo se torno negro.
Al despertar solo podía visualizar una profunda oscuridad... ¡Soy tan feliz! Nunca tendré que volver a ver al monstruo que tanto atormento mi vida. Nunca tendré que volver a ver mi horrible reflejo.
En ese momento aun no caía en cuenta de que no solo había condenado a mi reflejo a la eterna oscuridad, sino que también condene a la hermosa sonrisa que tanto amaba ver a la misma penumbra por siempre...
Luego del incidente mi madre me llevo a numerosas terapias, me diagnosticaron depresión al inicio, pero ya que yo no respondía al tratamiento ni mostraba arrepentimiento por mis acciones la conclusión final fue que padecía de un trastorno obsesivo-compulsivo, la repulsión que sentía por mi imagen me llevo a cometer un acto "monstruoso" y "desproporcionado", por lo tanto se me considero un peligro y fui internada a un hospital psiquiátrico para ser "curada".
Nunca volví a ver ni a saber de aquella persona a la que tanto ame.
Pero al final, algunos años después en el hospital psiquiátrico al que mi propia madre me había internado recordé la frase de una canción que escuche alguna vez "ojos que no ven corazón que no siente". Ciertamente ya nunca más sentí ese sentimiento de repugna al ver mi reflejo, pero así como perdí lo que más odiaba también perdí a lo que más amaba. Mi sacrificio tuvo como consecuencia la condena de una vida sumida en la locura junto a los de "mi tipo".
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Ojos que no ven corazón que no siente
Short StoryUna chica comenzó una relación con la persona que ama, él la ama a ella de igual forma. Pero aun habiendo amor la inseguridad puede arruinar una relación y de igual forma una vida.