Seguías Sonriendo, Seguías Viviendo.

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Caminaba lentamente hacia un frío acogedor, de tal intensidad que me helaba hasta la sangre, el viento rodeaba mis extremidades, y una luz me guiaba por la oscuridad, una luz tan brillosa, iluminando mis ojos, mis ojos dilatados, no entendía qué pasaba, pero tampoco podía dejar de seguir la luz, hasta que finalmente me detuve, un destello me cegó por segundos, y cuando abrí los ojos el lugar donde me encontraba cambio, de repente me encontraba en una casa antigua, casi todo era de madera y láminas, volteé de forma giratoria, viendo todo a mi alrededor, para luego encontrarme con algo, más bien con alguien, el cual me dejó paralizado. Era un niño, jugando en el suelo con sus juguetes, divirtiéndose y feliz, sin preocuparse de nada más.

-¿Lo recuerdas? - Una voz misteriosa paso por mi oído y cuando volteé estaba una sombra de color negra, observando a aquel niño.

-Eso creo - Fue lo único que atine a decir, aún seguía paralizado.

-Que feliz eras en ese entonces, a pesar de ti ignorancia seguías sonriendo, seguías viviendo.

Mire a aquella sombra con un gran nudo en la garganta, temblando, pensando en lo que acababa de decir.

-Camina, tenemos mucho que ver, ¿estás preparado? - La sombra caminaba por los pasillos.

Lo único que logré hacer fue seguirla, como seguí a la luz anteriormente, casi por intuición.

-Rápido, falta poco, lo siguiente te va a encantar.

-Está bien, pero, ¿Dónde estoy?

-Tú ya sabes dónde estás -Sonríe-

De repente una luz me ciega por unos segundos y empiezo a escuchar unas voces a la cercanía.

-(Maestra, va a revisar la tarea)

-(Maestra, Luis me está molestando)

-(Luis, deja de molestar a Verónica)

-Esto es........ ¿Mi primaria?

-Exactamente

-¿Por qué? - Mire hacia la sombra.

-Tu solo observa, mira, ahí estas, eras tan pequeño, aunque la escuela era aburrida, tú aún seguías sonriendo, seguías viviendo.

De nuevo me quede paralizado al verme aun de niño, feliz, junto a mis amigos.

(¡RING! ¡RING!)

-Ya tocó la campana, hora del recreo, ven salgamos al patio- La sombra caminaba hacia la puerta del aula.

Yo de nuevo la seguí sin voluntad propia, sin poder hacer nada, solo caminar. Al salir del aula otra luz cegadora llegó a mis ojos, y al abrirlos me encontraba en un parque vacío.

-¿Recuerdas este lugar?

-Sí, un poco, aquí solía venir con una amiga- Me sale una pequeña lagrima.

-Exacto, a los 15 años, qué tiempos aquellos, eran muy lindos, mira, ahora te puedes ver en esos columpios- La sombra apunta hacia dos chicos.

-¿El soy yo? Y ella...... ¿Verónica?- Volteo hacia los columpios.

-Sí, apenas estaban cambiando y saliendo de la pubertad, pero tú, aún seguías sonriendo, seguías viviendo.

-¿Por qué repites eso?- Dije confundido.

-Ya lo sabrás, todo a su debido tiempo

-Creo que ya no tiempo- Agacho la mirada.

-Pues crees bien.

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