1.7K 192 23
                                    

"Cuando sientas que no estás en un lugar seguro, solo vuela"

Había una vez un príncipe, que vivía en un castillo lujoso, lleno de riquezas y todo lo que cualquiera pudiera soñar...pero a pesar de tenerlo todo, no tenía nada.

Sus sirvientes llevaban todos los días deliciosas comidas a su trono, para que eligiera una de mil y degustara esa mañana.

Joven Amo, ¿ha decidido ya lo que desayunará hoy?Pregunto su mano derecha-

No Minho, el día de hoy ninguno de estos platillos ha podido saciar mi interés, traed mi caballo que iré a cabalgar por ahí –Hizo un movimiento con la mano, todos los sirvientes salieron a toda prisa cargando las charolas repletas de comida, rendidos de no poder satisfacer a su amo

El príncipe salió del castillo montando aquel corcel blanco grisáceo, en busca de algo que llenase su vacío interno, porque a pesar de tenerlo todo, no tenía nada.

Tras barias horas del cabalgar, el príncipe llego al pueblo cercano del castillo, lleno de frondosos y bonitos árboles, se bajó de su caballo y lo ato a una rama baja de uno de los árboles, dejando que pastara un rato, a lo lejos podía ver una pequeña cabaña, con una chimenea que emanaba humo.

Caminando sigiloso se aproximó hasta esta, sin tocar la puerta, simplemente giro la perrilla y abrió, ya que al vivir en un palacio, el no conocía bien las reglas del exterior; Entro en la pequeña casa, su nariz se inundó de olor a pastel, lo supo de inmediato ya que hacia olía la cocina real, siempre que pedía un bocadillo cocho latoso y suave.

Entro en la casa sin el menor cuidado, la exploro un poco notando que era muy pequeña, con muebles pequeños, pero le parecía linda.

Busco la cocina, de donde venía ese olor tan agradable, había alguien de espaldas, frente a la repisa moviendo con fuerza una cuchara mezclando algo.

El príncipe camino lento, quería ver más de cerca, no sabía si el pastel aun no terminado o a aquello que lo estaba cocinando, ya que se veía muy bien; el chico frente a el escucho un ruido en su retaguardia, se volteo lentamente y dio un brinco cuando sus ojos negros se encontraron con los marrones del príncipe.

¿Príncipe? –Dijo al ver a su majestad postrada detrás de el

¿Estas cocinando pastel? –Pregunto ansioso

El chico asintió volteándose a ver su postre.

¿Quiere un poco? –Pregunto con educación, sin saber un por que la visita grata de su alteza-

Aja...-Dijo el príncipe lamiéndose los labios, pero no miraba el pastel, si no al súbdito

El chico corto una rebana, la sirvió en un pequeño plato, el príncipe se sentó en la pequeña mesa, viendo bien cada movimiento del menor, le dejo el plato con el pastel frente a el, le tendió un tener y se sentó frente al príncipe.

¿Tienes una servilleta? –Le pregunto

Si claro...-Estiro la mano y se la tendió, el príncipe se la puso en la piernas, el menor se dio cuenta de que la forma de comer en el palacio era muy diferente a esa casa, le gustaba, rio para sus adentros, el príncipe era alto, castaño, y guapo, no podía negarlo

El príncipe comenzó a comer, pensando que era el mejor pastel que había comido jamás.

¿Esta bueno? –Pregunto con una sonrisa-

Mucho...

Ambos sonrieron, y ambos lo sabían

"El príncipe había tomado la libertad de Jungkook, sin necesidad de encerrarlo en una celda" 

  —————————————————————————————— 

Comienza segunda temporada, espero que les guste. 

Príncipe Enamorado II: EmperadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora