Carnívoro

Advertencias: Posible Ooc.

Anime: Kuroko No Basuke

Pareja: Kuroko x Kagami (KuroKaga)

Palabras: 2,080 –OS-

Notas: Este fanfic es dedicado a mi amiga Veggy, lamento la tardanza wey, pero gracias por la paciencia, te lo dedico como regalo de año nuevo, espero que este 2017 sigamos con nuestras pendejadas, te amo.

Carnívoro

"Me gusta Kagami-kun, me gustas mucho".

Aquellas palabras que salieron de forma tan antipática resonaban en su cabeza como un disco de vinilo con una única canción, en momentos se oía ruidoso, en otras veces rasgado, en ocasiones era suave pero sobre todo era insoportable.

Se sentía agotado mentalmente, como si hubiera hecho un examen de matemáticas por más de cinco horas. Tenía ganas de hundir la cabeza en almohadas y ahogar los gritos irritados que amenazaban con salir expulsados ante aquella situación.

Tetsuya se le había declarado hace unas horas, de forma imprevista, de la manera más casual, y lo peor de todo es que ni le hizo una pregunta, más bien, dio como un hecho que ellos dos debían ser pareja.

El recuerdo provocó que Kagami rodará los ojos con fastidio. Esa sombra era un bravucón cuando se lo proponía.

"Ahora seremos novios. Nos vemos mañana".

En ese momento Taiga solo se había quedado parado en la cancha con su termo en la mano y el agua escurriendo de su boca debido a la sorpresiva (y directa) declaración. Se había atragantado y cuando quiso refutar aquella afirmación... en un abrir y cerrar de ojos el fantasma de Seirin se había marchado.

— ¡Kuroko!—había gritado su nombre esperando que apareciera de la nada como era su costumbre... pero no, ni una señal. Estaba completamente solo.

Suspiró exhausto y siguió caminando hasta llegar a su departamento. Cuando abrió la puerta y vio su enorme sofá le pareció el objeto más seductor del mundo ¿quién necesitaba de la pornografía si se tenía un mullido sillón? Pensó estúpidamente y se lanzó sobre el esponjoso mueble.

Los parpados le pesaban y la pared blanca de su departamento comenzó a tornarse borrosa. Mañana aclararía las cosas con Kuroko y le diría que no era justo que la decisión solo fuera tomada por él... si iban a ser novios tenía que dejar esa actitud tan imperativa.

Abrió los ojos de golpe y sintió el sonrojo invadir todo su rostro, de seguro ahora tenía el mismo color de las cerezas, un rojo brillante.

— ¡Qué mierda estoy pensando! ¡No seré novio de ese jodido lúgubre!

Y con ese comentario determinado cerró rápidamente sus pupilas y se dispuso a dormir.

.

.