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Las paredes blancas la estaban enfermando y la ansiedad de ver a su pequeño regalo de Dios la estaba matando hace unos cinco minutos que despertó y no había nadie en la habitación de aquel hospital hasta que la puerta se abrió suavemente dejando ver al amor de su vida cargando a su bebe en vuelta en una manta rosada, su sonrisa apareció de inmediato en su rostro, su esposo le entrego a la bebe.

Era una niña hermosa su piel estaba algo rojiza, era pequeña, su cabello era como una pelusita en la cabeza, sus ojos estaban cerrados, sus puños se apretaron provocando que cerrara con más fuerza sus ojos y rompiera en llanto. La madre, rápidamente, acerca a su pequeña boquita su seno para que se alimente, la bebé, de inmediato deja de llorar y comienza a chupar con ansias, recibiendo su primer alimento de su por ahora corta vida. Después, de ser amamantada, abrió sus ojos dejando ver por ahora un color grisáceo con tonos azules.

Sus padres la vieron con amor, por fin, la tenían con ellos, iba hacer la niña consentida de la casa, pues, por el momento, no más tenían pensado tener una sola hija.

Pasaron, los días, semanas, meses y años, la familia era muy unida y cariñosa.

La niña ahora contaba con 5 tiernos años, es una niña amorosa, tierna, curiosa y llena de energía. Su risa resonaba por el jardín trasero, donde se encontraba jugando con sus padres y el cachorrito que le habían comprado, un pequeño Labrador color negro llamado Axel. Los dos correteaban por todo el patio, tirándose a suave césped, mientras que sus padres los miraban a la lejanía, uno de ellos con una cámara en la mano, grabando tan hermoso momento.

AXEL!-chilló la niña entre risas, mientras el pequeño cachorro, ladraba y le lamia la cara con entusiasmo.

Melody! ¡Axel!- la suave voz de su madre llamándolos, detuvo el juego que tenían, rápidamente la niña con el cachorro en brazos, corrió a su encuentro

-Si, mami

-Vamos, ya es hora de entrar, parece que va a llover-dijo mientras miraba el cielo y veía como las nubes comenzaban a oscurecerse.

-Mami, mami, Axel ¿Puede dormir conmigo?

-Ve a preguntarle a tu papá

-Papi, papi, ¿Axel puede dormir conmigo?

-Claro cariño, pero por ahora, cuando este más grande, le haremos una hermosa casita en el jardín para que pueda dormir allí ¿Esta bien?

-Siiii papi

La niña corrió hasta su habitación siendo seguida por el cachorrito, entraron a está. La habitación tenía las paredes pintadas de un violeta crema, un armario empotrado en la pared de madera, una estantería llena de peluches y barbies, una cama grande en el centro con sábanas coloridas y de dibujos, almohadas blandas y suaves en conjunto con las sábanas y en el centro 3 peluches, un oso, un perro y un gato, en una esquina un baúl lleno de juguetes, un armario pequeño lleno de ropa para sus juguetes, el techo tenia una hermosa lámpara con dibujos, en una de las paredes cerca de la cama, habían muñecos de diferentes formas que alumbran en la oscuridad.

La niña dejo al cachorro en la cama y fue hasta el armario pequeño para sacar prácticamente toda la ropa de este, volvió hasta donde se encontraba el pequeño perrito jugando con uno de los peluches y comenzó a probarle todas las prendas que había traído. El tiempo pasó muy rápido y ya había caído la noche.

-¡Melody a cenar!-llamó la madre desde el comedor, la pequeña rubia, bajo de inmediato de la cama a Axel y fue a lavarse las manos.

Pequeños problemas comenzaban a la hora de la comida, pues, la niña no quería alimentarse y si lo hacía era muy poquito lo que comía. Llego al comedor donde ya estaba todo servido, la madre y su hija se sentaban en frente de cada una y su padre al lado de las dos. Era poquito lo que le habían servido, comió la mitad y corrió el plato indicando que ya no quería más.

- cometelo todo, no podemos darnos el lujo de estar desperdiciando la comida-la niña negó la cabeza, ya se encontraba llena, su madre simplemente veía la escena mientras comía.

El padre agarro el plato colocándole de nuevo en frente, Melody lo volvió a correr, su padre algo irritado porla acción de su hija la sentó bruscamente en sus piernas, agarro la cuchara y comenzó a darle de comer aunque la niña no quisiese, está, entre lágrimas tragaba lo que su padre le daba, cuando terminó, le comenzaron a dar arcadas.

-Ni se te vaya ocurrir vomitarlo- la pequeña de cabellos dorados no pudo resistir sus ganas de vomitar y acabo vomitando todo lo que había comido para después romper en llanto, no le gustaba esa sensación, su padre se levantó de su puesto y le dio una palmada algo fuerte en el brazo, provocando que rompiera en llanto, la agarro del brazo y la llevo hasta su habitación donde la dejo encerrada, después, de regañarla.

-No debiste ser tan duro con ella - dijo la mujer mientras limpiaba el desastre causado llevándose una mala mirada de su esposo

-Estoy cansado de lo mismo todos los días, no permito que me dejen la comida prácticamente entera en la mesa, no te metas y ocúpate de tus cosas, esa niña tiene que aprender que por más mi hija que sea debe seguir mis reglas - gruño con rabia, para sentarse a terminar su cena.

La niña lloraba en su habitación mientras que el pequeño cachorro le lamia la cara intentando animarla sin éxito alguno, el cielo se iluminó para que seguido de esa luz se escuchará un trueno rompiendo el silencio de la noche, incrementando el llanto de la pequeña ahora siendo seguido del pequeño perro.

Su madre iba a ir a calmarla pero su esposo se lo impidió, el llanto de la pequeña duro hasta media noche, dejando por fin que la casa estuviera en total silencio.

Era la primera vez que su progenitor le pegaba y la encerraba, primera de muchas

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⏰ Última actualización: Feb 12, 2017 ⏰

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