Imaginando su historia

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Su nombre era Sofía y solía estudiar en la universidad del estado, estudiaba artes y apreciaba mucho la libertad en todas sus formas. A mediados de su cuarto semestre sentada en una de las jardineras de la universidad, bajo la sombra de un árbol al atardecer y perdida en sus pensamientos, se dio cuenta de que era tan libre que si ella lo quisiera podría salir de la escuela, preparar sus maletas e ir lejos a otro lugar, el que ella quisiera, sus ojos se iluminaron por la emoción de aquel pensamiento, sin embargo por lo pronto tendría que regresar a la realidad y correr a su clase, pues estaban por terminar los cinco minutos de tolerancia para poder entrar a su salón.

Cuando entró a la clase, se sentó al lado de su mejor amigo Nicolás y le susurró al oído que esa misma noche se iría, no sabía a donde, pero se iría. Nicolás la miró con cara de susto como si todo un mundo dentro de él se estuviera destruyendo por completo y comenzó a buscar desesperadamente algo dentro de su mochila y sin decir palabra alguna, Sofía lo miró con sorpresa y le preguntó por lo que estaba buscando, Nicolás no le respondió hasta que encontró lo que buscaba, sacó de su mochila un par de aretes de plumas y se los entregó a Sofía diciéndole -Buen viaje amiga mía -. Sofía sonrió, lo abrazó y salió del salón corriendo con sus cosas desbordándole de los brazos. Nicolás se quedó en el salón sonriendo, más tranquilo sabiendo que ese momento llegaría tarde o temprano y recordando todas las cosas locas que habían pasado juntos.

Cuando Sofía llegó a su casa subió a su habitación tomó la maleta que había comprado meses atrás en una tienda de antigüedades, la abrió y empacó todo lo que pensaba llegar a necesitar en ese viaje del que su mente ya no se podía desprender. Cuando por fin terminó de empacar fue a su armario, sacó de los cajones su short roto azul marino, su chal negro con flores, unas medias negras, una camisa de puntos y de más abajo, sus botas mineras café claro, se hizo un chongo en el cabello y se puso, como toque final, sus aretes de pluma que Nicolás le había regalado ese ultimo día que lo vio.

De pronto se encontraba lista mirándose al espejo sabiendo que por fin el día de irse había llegado, fue por su gran maleta y por otra pequeña para el dinero que guardaba en la mesita de noche y salió rápidamente de la casa que la había visto crecer.

En cuanto salió y el aire frío le acarició las mejillas sintió que todo estaba listo, que el mundo la recibiría en donde fuera con los brazos abiertos, así que caminó con una seguridad que nunca había visto provenir de ella, recorrió las calles por una hora hasta que por fin al otro lado de una avenida principal encontró una parada de autobús, extrañamente no sentía frío y la maleta no le pesaba.

Atravesó la carretera rápidamente y llegó en medio de la oscuridad a aquella parada en donde aguardaría por su destino.


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⏰ Última actualización: Jan 12, 2017 ⏰

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