No sé ni qué pensar en estos momentos, estoy en completo shock. Le he llamado a mis padres pero no me han contestado, no sé si es que no les importa la desaparición de mi novio de cinco años o es que son las tres y cuarto de la mañana.
Ya ni sé cuantas veces he leído este recado que John aparentemente había dejado en el refrigerador. No crean que soy tan dramática e inmadura para echarme a llorar de primeras, pero es que le he llamado a su teléfono celular para ver si esto era una de sus insípidas bromas que le encanta hacerme. Incluso le llamé a su mejor amigo de la infancia, Maurice, que no me ha sabido decir nada. Simplemente me contesto con un: "relájate Alice y vete a dormir, en la mañana de seguro volverá".
Y por si fuera poco me he contactado con sus padres, a los cuales detesto con todo el alma y me han enviado un sticker de WhatsApp como respuesta. ¿En serio? ¿Un emoticón de confusión? ¿Eso es todo?
Miro el reloj y me percato de que ya son las cinco de la mañana, creo que me echaré a dormir y en unas horas armaré todo un jodido equipo de investigación y búsqueda para encontrar a John. Esta broma si no que la voy a pasar por alto.
Me hecho en el sofá del living y empiezo a masajear mi ojos, en serio que todo este showcito que John se había montado me había empezado a comer la cabeza.
En medio del silencio total y los ronquidos de nuestro gato Pecas, el teléfono de casa empezó a sonar como loco y sentí como la sangre me volvía al cuerpo. Tenía que ser John. Debía de ser John. Y ahora si que me escucharía, ya no me quedaría callada como lo había hecho en ocasiones anterior.
Tomé aire con fuerza y conteste el teléfono con una voz fuerte — ¡John, todo esto que has montado no me ha dado ni una puñetera gracia!, quiero que sepas que esto te costará mucho y que no pienso perdonarte así de fácil, ¿en dónde te encuentras y a qué te refieres con esa estúpida nota? Dímelo de una vez — Exclamé.
— Disculpe señora, mmh, señorita, no soy su novio John. Le hablo desde la comisaría para informarle que hemos encontrado el cuerpo de un hombre en la carretera, y en su cartera hemos encontrado este número de teléfono celular. ¿Se encuentra bien?
Mierda.
