SEÑORA

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"Goza de mi lectura como yo goce escribiendo"

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Tríptico Perturbador

Tríptico  Perturbador

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SEÑORA

Segunda parte


Fue un impacto, saber que el tenia familia... estaba tan inmersa y ciega de felicidad que, ni siquiera lo note.

Su trabajo lo mantenía constantemente viajando pero volvía se mantenía en contacto siempre; teníamos mas de un año así. Dos años de Calas, un año de cartas, algunos meses de cortejo y otros mas de apasionado romance secreto que al parecer nos complacía enormemente a ambos, éramos solo el y yo, solo el y yo.

Hasta aquella tarde en el almacén, saliendo de la tienda de sombreros las risas de unas jóvenes llamaron mi atención, el corazón me palpito cuando me acerque al origen de aquella cantarina algarabía, la gente que ese día estaba de compras iba y venia sin parar. Dos chicas jalaban a un hombre en diferentes direcciones luchando por que el infortunado se cargara a sus caprichos.

Seguí caminando, Lucrecia se acerco a mi y al volver la vista de nuevo hacia esa tienda a donde llevaron al infortunado, el se viro en actitud de derrota y con una amplia sonrisa entro con ellas al lujoso almacén.

Quede petrificada era Archivald, mi Archivald, flanqueado por dos hermosas jovencitas que descaradamente se colgaban de sus brazos cosa que parecía complacerle mucho.

Apenas entro a mi casa aquella noche y me le fui encima como una leona, herida, colérica, endemoniadamente celosa, le grite, le insulte, hice rabieta, lo corrí y ante mi cólera el solo me miraba sin decir nada. Cuando hube sacado todo mi vorágine de sentimientos y me calme un poco para respirar el hablo serenamente.

-Son mis hijas Eleonor. Betsy de 16 y Estefanía de 18.

-Que... tus... hijas...

-Si.

-Entonces tú, eres... viudo.

-Casado.

El mundo se me derrumbo en ese momento casi desfallecí pero el me tomo en sus brazos. Me llevo al sofá y me recostó sumamente preocupado.

-Dijiste que eras libre...

-Ahora lo soy, desde que estoy contigo.

-¿Que significa eso? Estas burlándote de mí...

-Que antes... no lo Era. Antes de contactar contigo no lo era.

-Por que no me lo dijiste.

-Por que tú no me aceptarías.

-¿Esto es un juego para ti?

-No lo es. Sabia que tendía que llegar este día, te pido que me escuches y después hare lo que tu decidas.

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