Su nombre era Clara, llena de entusiasmo y felicidad. Con solo 4 años ya consideraba a su amiga como una gemelita. Las dos tenían cabello color dorado y ojos marrones. Siempre jugaban juntas en su habitación, se movían juntas, y hasta se vestían de la misma manera. Pero eso a ella no le estaba extraño, después de que a la otra niña le gustara jugar, todo andaba bien en su mundo. La madre le decía que dejara de jugar con el espejo, y que buscara otras cosas, pero ella en su inocencia no comprendía porque debía dejar de jugar con la única amiga que tenia accesible para cuando ella quisiera.
En su mente siempre estuvo la seguridad de que esa niña no era ella, era otra niña atrapada en el espejo, dispuesta a jugar con ella incondicionalmente, sin excusas y sin peleas. Así creció Clara, hasta los 12 años, donde todo cambio, empezaba la adolecencia y nuevos pensamientos surgían en su mente.
Clara, aunque ya no jugaba con la niña del espejo, le gustaba hablar con ella. Por supuesto, sabia que no le contestaría, pero sentía que era escuchada por alguien mas, hasta ahora le había funcionado, no solo eran sus padres o sus amigas de la escuela, había alguien que solo escuchaba y no opinaba. No habían discusiones mientras Clara hablaba con la niña del espejo, y eso estaba bien. Una mañana al levantarse de la cama para ir a la escuela, Clara saluda a la niña del espejo con la misma alegria e inocencia que antes, pero su corazón empezaba a latir fuertemente, como si una emoción extraña y desconocida la invadiera. Una emoción de duda y pensamientos ajenos a lo que conocía. Eran pensamientos de desconfianza hacia ella misma, como si lo que estuviera haciendo fuera incorrecto. Era extraño, pero lo dejo pasar y no le hizo mucho caso a ese sentimiento.
Al llegar a la escuela sus amigas se acercaron a ella. Desde hace tiempo estaban planeando hacer una fiesta de pijamas. Ninguna tenia lugar para hacerlo, sus casas eran lejos o no había suficiente espacio. Clara acepto que todas se quedaran en su casa esa noche, ya que la dirección era fácil y había suficiente espacio para cinco amigas en su habitación. Todo surgió perfecto, todas jugaron con las almohadas, vieron películas y luego se sentaron en circulo una al lado de la otra. Una de las amigas saco una bolsa llena de objetos desconocidos para Clara. Ella miraba la bolsa con mucha curiosidad. Su amiga empezó a sacar un objeto parecido a una cajita circular, y dentro había un tipo de polvo color crema. Con su otra mano saco un tubo mediano con otro tubito un poco mas pequeño de color rojo. Todas sus amigas se encontraban muy emocionadas por esos objetos. Clara los había visto antes en las tiendas y en la habitación de su mama, pero no tenia idea de sus nombres o de como se usaban. Efectivamente, esa noche las niñas jugaron con los objetos que ellas solían llamar "maquillaje". Una de sus amigas le enseño a Clara como usarlos frente al espejo. Justo en ese momento, Clara se preguntaba que irían a pensar sus amigas de ella si no las dejaba usar su espejo para maquillarse, se preguntaba varias veces: ¿ Como la verían si les contara su relación con la niña del espejo?, ¿Acaso pensarían que es una infantil y se reirían de su inocencia? Para ahorrarse la vergüenza (según sus pensamientos) de explicarles a las amigas lo que la niña significaba para ella, se dejo llevar, empezó a usar el "maquillaje" frente al espejo y noto que se veía diferente, ahora era otra persona. Se quedo mirando con los ojos bien abiertos, le gusto ese cambio.
Poco a poco se fue olvidando de esa niña en el espejo, solo veía a la Clara de aquella noche con sus amigas, y eso estaba bien....
El tiempo paso, y ya Clara era una mujer universitaria de 19 años. Siempre salia de la casa con su rojo radiante en los labios, y sonreía a todo el que la veía. Cada vez que volvía a casa,iba a su habitación o al baño buscando su reflejo en el espejo, se quedaba quieta por unos segundos mirando su aspecto, esperando algo que ya había olvidado pero que seguía ahí, guardado en su mente. Ella esperaba hablarle a la mujer en el espejo, pero no encontraba las palabras.
Quería contarle a alguien mas sus experiencias y sentimientos..
Sentía que lo único que llenaba ese encuentro en el espejo eran los objetos que cambiaban su aspecto, esos objetos que todas sus amigas usaban. No recordaba. Ya se había olvidado de esa niñita. Aunque tenia a sus padres y a sus amigos, buscaba algo que la hiciera sentir entusiasmada y feliz en todo momento, algo que no se compre o que se tenga que poner. Dentro de su conciencia quería descubrir a esa niña ya olvidada, la inocencia de su mirada...
Con tanto trabajo y estrés universitario, mas su vida social y con sus familiares, no tenia tiempo para hacer algo tan "infantil" como hablarle al espejo.
Pero esta vez no se dejo llevar por sus pensamientos, eso hizo la primera vez cuando no quiso decirles a sus amigas el verdadero reflejo de su carisma, de su Clarita.
Ahora, decidió hablar con ella misma, verse en el espejo, y preguntarle a esa mujer: -"¿Donde esta mi niña?"- con una voz suave y firme. Se quito su maquillaje y miro los ojos de aquella mujer frente a ella. Después de un rato, sus ojos encontraron a la niña que tanto buscaba, toda la noche se quedaron hablando...
Pero...¿De que hablaban? De todo, no habían quejas, no habían peleas, no habían opiniones, no habían envidias, no había una forma correcta o incorrecta de hablar, no habían reglas. Porque el espejo solo escuchaba, mientras Clara entendía mas claramente, que encontró lo que en el camino de su vida había olvidado. Su Niña interior. Su Clarita...
FIN