Capítulo 1

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Miro por última vez la calle pensando en si ya es muy tarde para salir corriendo de aquí.

Mentiría si dijera que no tengo miedo de este lugar.

—Estarás bien— trata de convencerme Beau— yo te protegeré no temas, estas conmigo.

Yo asiento y me coloco la capucha tratando de ocultar mi rostro, no quería ser vista en este sitio.

Camino muy cerca de él tratando de no hacer contacto visual con la gente ebria o drogada que se encuentra en este sucio sitio.

A lo lejos escucho la risa del imbécil por el cual vinimos aquí.

Al final del bar junto a una mesa de pool se encuentra Ambrose riéndose a carajadas claramente borracho.

Su compañero de juego nos mira llegar y le susurra algo a Ambrose en el oído, no debió ser algo agradable, ya que rápidamente a Ambrose se le oscureció el rostro.
Gira y lo golpea fuertemente en el rostro repetidas veces, parece un animal.

Beau corre de mi lado y se acerca a Ambrose, lo trata de separar del hombre que está siendo brutalmente golpeado, pero aunque lo intenta con todas sus fuerzas no puede, Ambrose tiene mucha más fuerza y yo muchas veces fui testigo de que el furioso llega a ser más fuerte que diez hombres.

Corro hacia ellos y hago lo primero que se me cruza por la cabeza, aunque no es nada inteligente creo que podría funcionar

Le grito a Beau que se corra y salto encima de la espalda de Ambrose, aquella dura y musculada espalda.

Él se tensa y para, en eso llegan unos hombres para sacar al imbécil inconsciente que se atrevió a hacer enojar a Ambrose.

—Cálmate Brose— le susurro al oído, él se relaja un poco por lo que aprovecho para bajarme de su espalda.

Miro a mí alrededor y todos tienen una mirada sorprendida, con sus ojos puestos en nosotros, algo que me incomodo al instante.

Lo que pasa, cuando Ambrose les lanza una mirada de furia me agarra de la cintura con fuerza y me saca de allí lo más rápido que puede.

Beau nos sigue desde atrás confundido al igual que muchos, al salir de aquel oscuro bar, Ambrose me suelta y empuja a Beau.

—¿Qué mierda tenés en la cabeza? Como putas se te ocurre traerla aquí, no es seguro para ella— le dice con dureza Beau

—Como si te preocuparas por ella— le responde de igual modo Beau.

—Saben que estoy aquí ¿no?

Ambrose aprieta la mandíbula, al parecer ninguno me escucho, ya que estaban ocupados fulminándose con la mirada.

—¿A qué viniste?— le gruñe Ambrose.

—Es el jodido cumpleaños de tu madre imbécil, mi padre me envió por ti, tu mamá se siente mal de que no estés con ella, eres su único hijo.

—Lo hubiese pensado antes.

—¿Cómo puedes ser tan duro? Es tu madre.

—Si tanto la quieres quédatela, oh espera ya es tu madrastra—Ambrose se gira y vuelve a entrar al bar

—Por favor Ambrose ve— pido yo antes de que entre, él me mira de reojo deteniéndose.

Esperanza es lo que se forma en mi pecho al notar que está indeciso, lo mira a Beau y sonríe malicioso.

—Con una condición— dice cruzándose de brazos, con una sonrisa difícil de descifrar, aunque si se nota algo... es que no es buena.

—No— responde Beau caminando hacia mí y agarrándome de la muñeca.

Ambrose Donde viven las historias. Descúbrelo ahora