El Mundo de Arriba

Cuando era un niño, no tenía ni idea de que el mundo tal como lo conocía cambiaría radicalmente. Ni siquiera me había dado cuenta hasta un par de años, pues estaba demasiado ocupado con mis cambios internos y que era mi impresión, como si mirara a través de unas gafas sucias. Y sin embargo, al quitarme mis gajas, parpadeé perplejo un par de veces y me froté los ojos, y solo entonces me di cuenta de que el mundo había cambiado para siempre. Ahora puedes llevar una miniatura del mundo a todas partes, y apenas ocupa espacio. Efectivamente, Internet ha llegado.
Internet, tímido como un niño pequeño, pronunciaba palabras con torpeza mientras señalaba a todo, intentando describir el mundo que le rodeaba sin mucho éxito. Y sin embargo empezamos a descubrir, unos con temor e incertidumbre, otros con entusiasmo, expectación o incluso indiferencia, que Internet tenía un gran potencial para replicar y comprimir el mundo. Es cierto, Internet es joven, tiene muchos fallos, y muchos más tendrá, pero al replicar el mundo lo había moldeado a su forma, y con él a nosotros. Incluso ha cambiado la cultura.
Incontables términos y costumbres han surgido por Internet, y ahora son parte de la cultura. Por supuesto, además de crear cultura puede destruirla con la misma facilidad. Por ejemplo, las bibliotecas, una antigua parte de la cultura, probablemente dentro de unos años se vean amenazadas. A mí me encantan las bibliotecas. A pesar de que las bibliotecas tienen libros, que están centrados exclusivamente en la vista, para darte cuenta de lo único de una biblioteca tienes que usar el oído. Obviamente, hay un silencio. Mas no es un silencio corriente, pues este está compuesto por muchas personas. Tampoco es el silencio colectivo normalmente marcado por la tensión, como el de un ejército que aguarda una orden o una clase que espera un castigo. No hay ninguna tensión. Probablemente el silencio más similar sea el de un bosque. Todos se mantienen callados, no por un posible peligro, sino para cuidar ese ambiente tan único y especial.
El lenguaje, otra gran parte de la cultura. Voy a centrar mi atención en una palabra en concreto para hacer un ejemplo de lo que quiero decir. "Sobremesa" es una palabra que no tiene traducción directa a otro idioma, y por lo tanto indica una parte importante de la cultura. Esta palabra alude a las conversaciones posteriores a las comidas. De esto se deduce que en España las comidas eran sinónimo de reunión familiar. Quién lo diría ahora, ¿verdad? Cada uno con la vista clavada en el móvil, sin levantar la cabeza. Y es que esto se trata de las personas, y de cómo interactuan con la tecnología. Y es que la responsabilidad es nuestra, Internet carece de voluntad, y fue creado por y para personas, y cualquier uso que se le dé a Internet no es más que un reflejo de las intenciones de quién lo usan.
Sin duda Interner está impulsando la globalización.
Pero además del conocimiento, está expandiendo ideas deplorables como la de la recompensa inmediata, (por ejemplo, imaginemos que estoy muy emocionado por empezar a dibujar. En cuanto empiezo, hago un par de dibujos penosos, me frustro y lo dejo. Estas cosas son provocadas por esa idea).
Es cierto que los creadores de Internet no pensaron en todos los peligros que podría desarrollar, y probablemente hasta ahora nadie nos ha informado debidamente de los pros y los contras de Internet. Pero está en nuestra mano comprender todo esto y evitarlo. Y está en nuestra mano luchar contra la pereza, el consumismo, la recompensa instantánea, la manipulación de la información, y un largo y deprimente etcétera. Hay quien pensará que esto es muy difícil, y es cierto que llevará mucho tiempo revertir todos estos cambios negativos, y es cierto que será muy difícil, mas sigo creyendo que todo esto está en nuestro poder. Sinceramente pienso que ya es hora de levantar la vista de la pantalla, ver más allá de todo esto y ver la verdad, ver el mundo de arriba.