No era tu perfume, era tu olor.
No era tu sonrisa, era tu ilusión.
No fueron los besos que me diste,
Si no los que te robaba cada noche en mis sueños,
No fue tu compañía, si no tu ausencia la que me grabo tu nombre en mi piel.
A si fue como aprendí a vivir sin vida,
A si es como aprendí a morir cada día de mi vida.