Marie y yo nos dirigimos hacia la cafetería, pero antes de llegar a mi destino alguien llega por atrás tapándome los ojos.
- ¿QUIÉN SOY? - grita euforicamente la persona detrás de mí, a quien reconozco de inmediato.
- No estoy de humor, pelirroja.
- ¿Ahora qué pasa? Gruñona.
- El profesor de química le encargó un trabajo en pareja, pero con el compañero de mesa. -Dice Marie, antes de que pueda decir algo.
- ¿Y que tiene de malo? Siempre te sientas con Julie. -dice Dina mirándome.
-Hoy no, llegué tarde y el único asiento libre era alado de un chico con muchos rulos que no conozco.
- ¿Y es guapo? Quizá esto te ayude a conocerlo.
-Un poco, pero ¡Dios! Es tan tímido y callado, ¡no puedo soportar eso, Dina! - agito mis manos haciendo que mi amiga de un paso hacia atrás. - a lo que Marie ríe.
- Tranquila, si es guapo no puede estar tan mal. - sonríe intentando calmarme.
- Este trabajo será algo difícil. - digo, y nos dirigimos las 3 a comer.
***
Salgo de mi última clase y en lo único que pienso es en encontrarme a ese chico, necesito que nos pongamos de acuerdo para hacer el trabajo.Observo detenidamente por los pasillos hasta encontrar a una cabellera rizada ya conocida y correr hacia él.
- ¡Hey! ¡detente! - voltea algo extrañado.
- Hola -me da una sonrisa tímida.
- Hola, solo quería saber qué haremos acerca del trabajo, podemos juntarnos en mi casa - digo con una sonrisa forzada.
- Me parece bien.
- De acuerdo, ¿hoy a las 5?
- Ahí estaré - le sonrió y me doy media vuelta y empiezo a avanzar.
- ¡Oye, espera! ¡aún no tengo la dirección de tu casa! - grita detrás de mí, y volteo.
-Es cierto - digo riendo por lo bajo.
***
Son las 3:47 de la tarde y estoy muriendo de sueño. Creo que pondré una alarma para estar despierta cuando Dylan llegue.
***
Oigo golpes en la puerta y me levanto asustada, tomo mi celular para ver la hora, son las 5:56 ¡demonios! Debe ser Dylan. Me paro rápidamente de la cama y me pongo mis tenis, me doy una mirada rápida en el espejo y corro hacia la puerta.- Hola - abro la puerta dejando ver a un Dylan un poco rendido y desesperado. Ahora soy yo la que está sonriendo con pena.
- Hola, estaba apunto de irme - dice rascándose la nuca.
- Perdona, ¡de verdad que no fue mi intención tenerte aquí esperando!
- No te preocupes, no es como que la gente se ponga muy feliz con mi presencia.
Siento como se estruja mi corazón.
- Pasa.
- Pensé que nunca lo dirías - dice algo divertido.
Lo llevo a mi habitación y le digo que se ponga cómodo. No es algo que yo haga seguido, cuando traigo hombres a casa nunca dejo que entren a mi habitación, eso es algo muy sagrado como para alguien que al día siguiente ni recordaré su nombre.
Le ofrezco algo de tomar a lo que él simplemente contesta con un "no, gracias"
- Bien, ahora veamos que vamos a hacer.
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Trabajo de química.
Roman d'amour"Esto era sólo un trabajo de química y mira en lo que se convirtió".