OFIUCO

Entrenamiento.

Tauro.

De todos los días los sábados antes eran los mejores días.

Podía pasar horas burlandome de Bakku por la forma tan torpe que tenia de pasar las pruebas y que siempre terminaba enojado, despertando, lleno de pintura y moretones.

Yo también había sido novato antes, claro que lo había sido y claro que me molestaban pero todo fue pasando mientras fui mejorando y llegado mi momento pude cobrar factura.

Llegamos a la zona de entrenamiento de campo, solo usábamos esa zona notros a causa de que el resto de los niños sólo eran equipo de apollo a distancia.

- Hola chicos - dijo Hagure desde su usal silla a distancia listo para evaluar rendimiento y demás asi como alteraciones nueva o anormales.

- Bien saben el orden, ¿comenzamos? - asentimos y Bakku nos detuvo a movernos.

- ¿No es tradición que los nuevos vallan primero?- dijo mirando a Hagure quien miro a Ryota, quien solo asintió leve.

- Bien supongo que no hay problema, Ryota...ya que no sabemos que dones tengas y sobre todo debido a tu despertar seran generales ¿de acuerdo? - pregunto y el chico asintió - bueno...adentro y suerte - dijo sonriendo ladino y abriendo la puerta de la camara transparente.

Había sido construida para ser indestructible, nadie nunca le había echo un rayón o algo asi, por eso era el lugar perfecto para entrenar sin restricción.

- Bien.....nivel 10 ¿listo? - dijo mientras Ryota se subía la sudadera y asintió.

Espera....

- Hagure eso es mucho para el inicio - le dije mirándolo pues sólo había 15 niveles y un novato no podría con el primero un 10...lo lastimaría.

- Estará bien - dijo de lo mas calmado y sonrio apretando el botón de inicio, el primero Serian los dondes de Yori, le tocaría velocidad y agilidad..o eso creímos.

Pues apenas apretó el botón un arma y prueba de cada uno se extendió por toda la cámara y el pitido sonó.

La primer arma lo atrapo con sensor y comenzó a disparar contra el levantando un poco de humo a causa de los disiparos, eso es de Bakku quien sonreira por el posible dolor, ya que no eran balas reales eran de salva pero tenian la forma y el dolor de una real, dejando marcas de moretones en tu cuerpo por semanas.

Cuando el arma se detuvo para cargar, nos quedamos atentos esperando ver a un Ryota tirado y llorando de dolor pero a cambio de eso, vimos el arma explotar en un segundo.

Si alguna vez hablara de esto en el futuro sería algo que describiría como " el día que".

Ese fue el día en que todos vimos quien era Ryota realmente y quien es.

El día en que todo vivro dentro de nosotros.

En día en que conocimos al demonio de dos mundos.
Ojos blanco y negró, cabello negro y blanco, y un antifaz que coordinaba a la perfección con su transformación al despertar.

Esa era la imagen que teníamos en nuestro ojos, un Ryota que no esperábamos ver. Tenía elevada su mano a donde el arma que había explotado, estaba cerrada en un puño, para después soltarla y dejar que el arma se desmoronara.

Su acción activo la segunda arma, ya que por alguna razon las demas estaban aun buscandolo y en el cristal se marco un numero rojo con el numero 15, ninguno sabia exactamente como reaccionar, estábamos pasmados si bien se le podría decir asi a esta ocacion, la cámara de cristal estaba cambiando, se estaba ¿ampliando?. De pronto frente a nosotros solo había una cámara de muerte, las armas apuntaban y cargaban a cualquier lugar en busca de el y  Ryota no se movía, estaba quieto, como si no tuviera intención de escapar o defenderse.