CAPITULO: 1

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LA NUEVA ESCUELA

-Oh no llegare tarde... ¡y no sé dónde está mi mochila! –grito una voz femenina claramente alterada.

-Ekaterina –llamo una suave voz femenina –tu mochila está en el sillón

-Gracias Yuki –agradeció antes de correr fuera del cuarto, cerrando la puerta al salir.

-"Mi eve siempre será así" pensó con frustración.

Unos pasos apresurados se escucharon en dirección al cuarto, bastante sencillo, una cama individual, un armario, un escritorio con útiles y su silla giratoria, la puerta se abrió dejando ver a una joven rubia de quince años, de piel crema, sus ojos verde agua brillando intensamente mientras sonreía al comenzar a jalar a su compañera, su vestimenta; consistía en una camisa blanca, suéter café claro, falda café claro y zapatillas negras.

-Date prisa no quiero llegar tarde a la escuela Yuki

-Sí, Ekaterina

La joven solo se dejó arrastrar por los pasillos vacíos, su apariencia era la de una joven de aparente dieciséis años, piel blanca como la nieve, cabello plateado como la luna amarrado en una trenza que llegaba hasta su cadera, ojos rojos como la sangre, su figura parecía la de una modelo, viste; una tela negra amarrada en su cuello, una camisa negra desabrochada de los últimos botones, short gris oscuro, arriba de las rodillas y tenis negros.

-Espero que me vaya bien

-Te irá bien, tu solo tranquilízate –respondió antes de detenerse para ver como la joven tomaba sus llaves.

-Gracias, Yuki

La joven rubia abrió la puerta dejando a la luz solar ingresar en la oscuridad del departamento, una nube de humo cubrió a la alvina para al disiparse dejara ver un hurón blanco con ojos rojos y una pequeña tela negra amarrada en su cuello.

-¿Qué esperas Yuki?

-Tengo curiosidad de algo desde hace un tiempo Ekaterina –llamo con una mirada seria mientras trepaba por la ropa de la chica –si tu eres de nacionalidad rusa ¿por qué me pusiste un nombre japonés?

-Me gustaba mucho esa palabra, desde que soy niña, Yuki, además concuerda contigo al ser alvina –respondió para proceder a cerrar su puerta y luego alejarse con una pequeña sonrisa.

La alvina ya no dijo nada mientras su dueña corría en dirección a su nueva escuela, su mirada se dirigió a la lejanía donde vio a varios adolecentes caminando con tranquilidad a la que parecía ser el nuevo instituto al que ingresaría la rubia.

-"Bueno mi eve no es tan mala, es muy buena conmigo y después de todo llevamos dos... casi tres años juntas y sé muchas cosas de ella, es muy ágil con su cuerpo al ser gimnasta, entreno defensa personal y lo mesclo con gimnasia para ser una increíble rival, practico parkur, es una patinadora artística muy reconocida en Rusia, medallista de oro por dos años consecutivos" pensó antes de negar "fuera lo que fuera es mi eve y la quiero" concluyo en sus pensamientos.

La joven ingreso corriendo al instituto en donde choco con un joven de cabellera verde, el golpe provoco que ambos cayeran al suelo en donde la chica termino sobre el chico en una posición no muy cómoda para ambos.

-Realmente lo lamento mucho –dijo la joven al quitarse de encima e inclinarse, sus mejillas rojas en vergüenza.

-No te preocupes yo tampoco vi por donde iba

Ninguno se dio cuenta de que un hurón había salido volando con fuerza por el impacto, el animalito chillo cuando llego con su eve alarmando a ambos, el chico peli-verde miro detenidamente al hurón con curiosidad.

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