-¡De nuevo llegas tarde Nora! ¡Nos van a volver a castigar!- Llegue a casa de mi mejor amiga, Laila, y como no, íbamos tarde hacia el instituto.
-No pasa nada Laila, al final por una cosa u otra
acabaremos castigadas!- Laila y yo siempre estábamos castigadas, hasta llegue a pensar que los profesores nos tenían entre ceja y ceja. Con la mínima cosa que hacemos nos manda a la sala de castigados, ¡es una injusticia! Y claro después están los don y doñas perfectos, que sacan la mejor nota en todo y suelen ser los favoritos del profesor, y hacen barbaridades pero nadie le dice nada.Llegamos a la puerta del instituto, no había ningún alumno fuera. Laila y yo corrimos hacia nuestra clase, que por suerte era Matemáticas. No, si os los preguntáis no me gusta para nada esta asignatura, pero el profesor explica tan sumamente bien, que se convirtieron en las clases más divertidas. Laila se dirigió hacia su sitio, junto a su "querido" novio Jake. Ese chico cada día me caía peor, no se dar una razón que lo justifique, pero simplemente no me agrada lo suficiente. Claro que nunca comenté esto con Laila, lo ultimo que quiero es pelearme con mi mejor amiga. Entonces yo me dirigí a mi asiento, en la ultima fila al lado de la persona que mejor me cae en este mundo mundial (nótese el sarcasmo) Daphne. ¡Adivinad! Es la típica chica que va chillando con sus amiguis por los pasillos para llamar la atención de los chicos, la típica que te habla y te mira siempre por encima del hombro, o que va buscando pelea con todo el mundo, y como no era del grupito de los "populares". Me acomode en mi sitio sin siquiera mirarla e intente centrarme todo lo posible en la explicación del profesor.
Al llegar la hora del recreo me fui hacia el comedor y me senté con Laila en nuestra mesa. Minutos después llegó Hugo, nuestro otro mejor amigo. Es algo raro porque aunque no os lo creáis Hugo era el mellizo de Dafne. No logro entender como unos mellizos pueden ser tan parecidos y tan distintos a la vez. Respecto al físico se parecían mucho, ambos rubios con pelo ondulado, ojos azul cielo y un cuerpo para morirse. Pero sin embargo Dafne era súper creída, siempre quiere llamar la atención de todos, y Hugo al contrario que ella es muy generoso, amable, no le gusta llamar la atención demasiado y es un gran amigo. Nos pusimos a comer mientras charlábamos de nuestras tonterías hasta que pasó el recreo y cada uno regresamos a las clases que nos correspondían. Las tres ultimas horas se me pasaron muy lentamente, no se puede esperar más siendo biología, literatura y ciencias.Al terminar el horario de clases me dirigí a la puerta del instituto con Laila, en busca de mi hermano para regresar a casa. Sí, tengo un hermano un año mayor que yo, él es bastante alto, tiene un buen cuerpo, ojos verdes, y pelo negro. Es muy amable, y nunca se mete con nadie, sin embargo, algunas personas se meten con él por su personalidad, por no ser guay o por no ser el típico chico malo. Eso a mi me frustraba demasiado.
Al salir por la puerta escuché a un grupo de chicos y chicas riéndose, al girarme para verlos vi a mi hermano con la cabeza agachada y al grupo de chicos riendose de él mientras le decian cosas. Enseguida mi humor cambió y me acerqué allí muy enfadada.
- ¿¡Teneis algún problema con mi hermano!?- Intente calmarme pero la expresión de enfado me salía por los codos.
-¡Atención chicos, ya que él no se puede defender solo tiene que venir la hermana menor a defenderlo! Te debería de dar vergüenza.- Dijo el cabecilla del grupo mientras miraba a mi hermano con superioridad.
- Vergüenza te deberia dar a ti de reirte de otra persona que no te ha faltado el respeto, de meterte con las persona que tienen la suficiente educación de no contestarte. Pero me da igual lo que digas si tus hermanos no te quieren lo suficiente como para defenderte es tu problema pero yo al mío lo quiero demasiado y no voy a permitir que te rias de él. Ahora si me permites me tengo que ir a hacer cosas más importantes que perder el tiempo aqui contigo. Pero te advierto, te veo dirigirle una palabra poco agradable a mi hermano y te aseguro que me las pagas.- Al terminar de hablar con ellos, me dirigí a dónde estaban Laila y mi hermano y nos fuimos con una risa triunfante al ver las caras que se les quedaron después de mi discurso.
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Prometo olvidarte
Novela JuvenilNunca prometas nada, nunca creas nada de lo que te digan, nunca digas nunca y recuerda siempre, el "nunca más" nunca se cumple, y el "para siempre" siempre termina...