La Única. Virgo Y Capricornio.

2. Arreglos con Piscis

Virgo

Cuando subimos del recreo Piscis se sentó a mi lado, lo que se me hizo raro, ya que casi nunca me habla.

Me miraba con sus ojos azul cielo muy abiertos y se acomodaba su pelo castaño lacio, que lo tenía un poco más largo de lo usual.

- Si te sentaste aquí con la ilusión de que te pase la tarea, te aviso que podés irte a la mierda.

Puso cara de pájaro lastimado.

- Solo vine a hablar, muchas gracias. Además, puedo hacer mi tarea yo solito.

Levanté las cejas. Así que vino a coquetearme...

- Interesante. Muy interesante.

- ¿Qué cosa es interesante?

- Em. Nada que te incumba- dije efusivamente- ¿Querías hablar no? Pues hablemos. Dime tu banda favorita.

- No tengo. No me gusta mucho la música

- QUÉ RAYOS. COMO ES ESO POSIBLE. Oh dios, me va a dar un paro. Eres rarísimo.

Piscis me miró como si en cualquier momento me fuera a morir.

- Oh, lamento haberte asustado. ¿Te duele el pecho?

No pude evitar reírme.

- Tranquilo, solo estaba sobreactuando un poco. No moriré. Al menos, no mientras el chocolate exista.

Él me sonrió.

-Oye, puede que no me guste la música, pero de verdad AMO el chocolate. Es como el aire que respiro.

- Te comprendo... sino fuera por el chocolate, la existencia carecería de sentido.

- Escucha, ahora que me di cuenta de que podemos sociabilizar bien ¿No quieres acompañarme a pasear por el centro hoy a la salida? Te compraré todo el chocolate que quieras.

Sonreí complacida, un chocolate no se le niega ni a tu peor enemigo. Bueno a tu peor enemigo sí, porque le podría haber puesto cosas cancerígenas.

- Claro.