Prólogo

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El año 5220, la era de la nueva tecnología. La sociedad y la industria evolucionaron de una forma inimaginable , pero todo conllevaba sus contras: los bosques y selvas habían sido destruidos para poder crear más zonas urbanísticas y nuevas universidades y centros del saber, y allí estaba yo, Allain Bronzza, dirigiéndome al laboratorio para ser partícipe de una nueva experiencia.

 

Los investigadores consiguieron hallar un componente químico que quedaba impregnado en los objetos, con el qual podían reproducir todo un entorno de la época a la que pertenecía, con lo cual empezaron a crear realidades virtuales con los objetos de diferentes siglos y zonas geográficas, y necesitaban voluntarios excepcionales para ello, y yo era uno de ellos.

 

Hace 20 años se inició el proyecto alfa, que constaba en alterar las células madre de un embrión para poder planificar y crear al antojo de los investigadores. Para ello buscaron a tres mujeres embarazadas que se encontraran en un estado deplorable para poder alterarles las células madre, el embrión y viceversa. Finalmente las encontaron, tres mujeres embarazadas de dos meses: una que iba a tener una niña y dos que tendrían un varón. Como los científicos no lograban decidirse escogieron los tres pilares: La sabiduría, la Belleza y la fuerza. Todo estaba decidido, una madre de varón recibiría la fuerza, la otra la sabiduría y la madre de mujer la belleza.

 

La tres madres estaban ya colocadas y los robots de inyección estaban listos para inyectar las sustancias que alterarían su primogénitos, pero un error informático intercambió las inyecciones de la belleza y la fuerza ocasionando un fallo descomunal. Los científicos, furiosos a la vez que impotentes, creyeron que su investigación se había ido a pique en una de tres partes, pero tras hacer unas pruebas a las madres vieron que los embriones habían respondido satisfactoriamente a la modificación genética, lo cual armó un revuelto descomunal, dado que la fuerza había sido creada específicamente para un varón y la belleza para una mujer. Así fue como obligaron a las madres a donar a sus hijos para que crecieran dentro de la academia para estudiar sus cualidades y las respuestas biológicas que mostraban.

 

Así es, estuve encerrado junto con mis dos mejores amigos durante veinte años hasta ahora, para participar en el más grande acontecimiento de la ciencia desde nuestro nacimiento.

 

 

 

Entré corriendo en la sala que se halla ante mí, puesto que sabía que llegaba tarde y que estarían esperando. Una gran sala llena de banquillos con pantallas holográficas se hallaba ante mí y al fondo, el estrado donde estaban el presidente de la academia y mi amigos.

 

-Por fin has llegado.-Dijo el presidente mientras tendía la mano hacia mis amigos.-Corre, toma asiento.

 

A paso veloz conseguí cruzar toda la sala y me situé junto a ellos, algo avergonzado.

 

Annette se acercó a mí y empezó a susurrarme.

 

-¿Que pasa contigo, Allain?¿Que excusa tienes ahora, eh?

 

-No me he acordado de que era hoy hasta que he mirado la agenda.

 

Armande, que también estaba escuchando también me susurró.

 

-Si fueras más listo y me hubieras hecho caso cuando te dije que te pusieras una alarma esto no hubiera pasado.

La belleza PrevaleceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora