Misconceptions of you

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Echado sobre el sofá de la sala, terminaba de darle el último sorbo a la cerveza que había abierto hace media hora atrás. La película basura que por elección propia se había quedado viendo –para poder blasfemar sobre lo mala que era después– había acabado, y el control de la televisión estaba muy lejos como para moverse antes a buscarlo. Minmin estaba recostada sobre sus piernas, mientras la acariciaba con una mano y ella ronroneaba enroscándose y sujetándolo con sus patitas para no dejarlo ir. La miró con ternura mientras ella se negaba a abrir sus ojos, y rió acariciándole la pancita. Suspiró profundo porque se sentía invadir por una pereza demasiado grande, aunque de todos modos, no tenía ganas de hacer nada más en aquel día; su panorama de estar en pijama, con un par de vasos de sopa instantánea esperando por él, y un montón de botellas de cerveza en el refrigerador, era todo lo que él deseaba para aquella noche de año nuevo.

Y no era que no tuviera amigos, ni familia, ni que nadie lo quisiera, pero detestaba tener que salir a cualquier lugar atestado de personas que lo abrazarían aunque no les conociera, y tampoco tenía ganas acudir a la cena anual que su madre había planeado junto a toda su gigantesca familia; simplemente odiaba tener que responder a las preguntas de sus tías acerca de si tenía novia, de cuándo se casaría, cuándo tendría hijos, o cuándo se haría de la perfecta familia que él nunca tendría porque lamentablemente, no le atraían las mujeres. Solo su madre y su hermana sabían aquello, y no le dijeron a nadie más porque él les pidió expresamente que no abrieran la boca porque "no quiero que toda la familia me pregunte por qué me gusta por el culo".

Podría decirse que no amaba demasiado la festividad. Demasiado ruido que molestaba a su gata, demasiados fuegos artificiales, demasiada ropa elegante, demasiados rituales, demasiadas sonrisas falsas, demasiados abrazos que duraban la celebración y no se repetían más. No creía tampoco que un cambio de año en el calendario significara algo demasiado importante; y porque para sus amigos sí lo era, sobre todo para Kibum y Jonghyun, era que había decidido que tampoco lo pasaría junto a ellos, porque sabía que parecería un maldito amargado riéndose de las cosas que Kibum preparaba para la prosperidad, el amor, la salud y el dinero, y que lo malinterpretarían y todo sería tenso y terminaría mal porque así era él, tenía un humor negro, demasiado ácido para algunos, así que prefería quedarse en casa a arruinarle la noche y la ilusión a alguien más.

Tomó a Minmin por su abultada panza y la dejó en el suelo con cuidado, recibiendo un lastimero maullido de su parte. Sonrió acariciándola con amor, y caminó hacia la nevera para tomar otra cerveza. Rebuscó algo que pudiera comer, solo porque estaba aburrido, pero lamentablemente su compañero de apartamento se encargaba de las compras y eso mantenía el refrigerador lleno de comida demasiado sana como para resultar entretenido el comerla a deshoras. Se rindió sin hacer un mayor esfuerzo, tomó una botella, cerró la puerta de la nevera con un pie y con la esquina de la mesa de mármol abrió su bebida. Lanzó la tapa metálica a la basura, y comenzó a arrastrar los pies hacia el sofá de nuevo. Dio un largo trago a la cerveza y luego suspiró completamente complacido, mientras extendía su otra mano para cambiar de canal. Uno tras otro pasaba los canales nacionales y no había más que programas de idols y celebridades varias esperando las doce de la noche, vistiendo trajes y vestidos demasiado elegantes para su gusto, mientras la esquina de cada canal marcaba la hora: las 21:35 de la noche. Al fin encontró un canal que estaba transmitiendo una maratón especial de partidos de fútbol de la liga inglesa, y se maldijo a sí mismo por haber perdido una preciosa hora y media de fútbol al haberse quedado viendo la anterior película de mierda de la cual no rescataba nada. Dejó el control junto a él, subió los pies a la mesita de centro, aprovechando que su compañero de departamento no estaba ahí, y echó la cabeza hacia atrás sintiéndose pleno.

Su teléfono comenzó a sonar en su pantalón, y lo tomó sin apartar los ojos del tiro libre que estaba a punto de realizarse, porque aunque ya hubiera visto todos los partidos de la liga, nunca se perdía la emoción de verlos nuevamente.

Misconceptions of us ~ 2min [ThreeShot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora