Alguna vez has sentido que no encajas en ningún lugar, como espectadora de una vida que es la tuya pero no lo sientes así. ¿Te has sentido sola? Yo si... Hasta ese momento, el cual cambió mi vida.
Yo soy Noelia Sáenz, tengo 18 años, mi historia no sé si solo fue un simple sueño o una hermosa realidad.
Desde que era una pequeña soñaba con príncipes, doncellas en peligro y seres fantásticos que llenaban de color mi existencia.
Esperaba también, como protagonista de mi propio cuento, que un caballero montado en un hermoso corcel, gallardo, valiente, inteligente y audaz, llegara a decirme cuan feliz seria su vida si me casara con él, me llevaría a recorrer todo el mundo en mágicas aventuras para vivir felices por siempre.
Con el tiempo mis ilusiones empezaron a desaparecer. Poco a poco, casi sin notarlo, se desvanecieron. El mundo color de rosa cambiaba mientras crecía. Al cursar por el bachiller me di cuenta de que mis fantasías distaban mucho de la realidad que me rodeaba, mi familia cada vez más distante debido a tantos problemas, que termino por romperse la armonía que algún día sentí. Mi hogar era mi refugio mi castillo donde ni ningún hechicero malvado podría entrar, después de algunos años se convirtió en el sitio donde menos deseaba estar.
Mientras transcurría mi adolescencia espere a aquel caballero valiente y gallardo que vendría a rescatarme… ¡nunca llego! Solo era una tonta ilusión, un deseo del reflejo de la niña que aún se aferraba en mí. Ya que mientras crecía cada joven que conocía era una gran decepción; ¿Por qué? ¿Por qué ninguno de ellos era lo que yo pensaba?
Mi vida pasaba de una desilusión a otra. En la secundaria era una niña alegre y soñadora, en espera del primer amor, aunque la ausencia de curvas no me favoreció en aquel entonces, al lado de mis amigas e incluso de las chicas del salón, mi aspecto era simplón. Aunque no me interesaba mucho hasta que lo conocí.
"Bernardo" el era un chico de ultimo año, un sueño, su cabello negro ondulado en contraste con su piel blanca lo hacía ver como un vampiro, su mirada era enigmática, aquellos ojos marrón obscuro hacían que perdiera el aliento.Después de admirarlo casi por un año, sucedió algo que nunca pensé que me pasaria a mí. Caminaba hacia el edificio de clases y alguien toco mi hombro, me di la vuelta y de pronto sentí como la sangre estallaba en mis mejillas, mi corazón empeso a palpitaba tan rápido y fuerte como un tambor, pensé que alguien alcanzaría a escucharlo si no me tranquilizaba, el sonrío y con voz gruesa y a la vez dulce dijo: ¡hola pequeña! El otro día te vi sentada en la banca que esta junto al laboratorio de química; hasta ese momento yo estaba volando en nubes de color rosa, pensando ¡¡Mi primer amor!! Él sabe quién soy… sabe que existo.
El sonido de su voz hizo que aterrizara y me diera cuenta que no era otra de mis alucinaciones, me dijo cordialmente -podria hablar contigo a la salida, tengo algo importante que decirte.
El resto de las clases solo estaba pensando en el encuentro con mi vampiro.Llego la hora de salida y mis amigas emosionadas al igual que yo por lo que me estaba pasando, casi me arrastraron hasta los baños y ahí empesaron a retocar mi cabello, me aplicaron gloss y rizaron mis pestañas, mientars comentaban emocionadas lo que iba a ocurrir, no vi la hora se me fue el tuempo escuchando a Aida, Wendy y Rosa. Salí de prisa esperando que Bernardo estuviera esperando por mí, estaba sentado en la jardinera frente a la secundaria, llevaba puestos unos lentes de sol, y en su mano sostenía una rosa, no supe en que momento llegue hasta él porque estaba volando en una nube rosada. Me senté a su lado y tímidamente pronuncie su nombre, el estaba algo ansioso parecia como si llevara prisa, de modo que abordó el tema rápidamente.
El día que te vi sentada en aquella banca estabas con una linda chica pelirroja, nos hemos topado en varias ocasiones, y la verdad no sé cómo invitarla a salir, alguien me cometo que tú eres una de sus mejores amigas, coloco la rosa y una nota en mis manos y me pidió como favor se la entregara a Aida, además de preguntar su nombre y algunas otras cosas que deseaba saber sobre ella.
Creí haber escuchado el sonido de mi corazón desquebrajarse en pedazos.Esa no fue la única desilusión en la secundaria hubo muchos Bernardos que me utilizaron trampolin como para llegar hasta mis amigas, y aun así decidí no darme por vencida, sabía que algún día llegaría el chico indicado.
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Lagrimas de plata
FantasyAlguna vez has sentido que no encajas en ningún lugar, Yo si... Hasta ese momento, el cual cambió mi vida.