No Puedo. - FINAL

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No podía con todo esto.

¡Dios mio! ¿Pero como es posible que Priscila este embarazada de Bryon?  Y Jose... ¡Oh por Dios Jose!

No puedo creer que toda mi maldita vida he estado engañada por parte de todos. ¡DE TODOS!

Necesito hablar con Rick. Lo necesito ahora. Oh Mami cuanta falta me haces.

Tomo mi teléfono y marco el numero de Rick. A los dos tonos contesta.

-¿Hola?-

-Hola Rick. Es Jay, ¿Estas ocupado?-

-Hola princesa, ahora mismo no. ¿Que pasa?-

-Te necesito, te extraño. Los extraño a todos- dije sollozando. No aguantaba las lágrimas en los ojos y las deje salir.

-Princesa pero ¿porque lloras? ¿Que paso?- dijo en tono preocupado.

-No me creerás. Rick, Priscila no esta embarazada de Jose, si no de Bryon. Todo este puto tiempo he estado engañada por todos-

-Pero por Dios ¿Que cosas dices Jaydeth?-

-Pues lo mismo que acabas de escuchar-

-Nena, no creo que hablar por teléfono sea bueno.¿ Lo del año nuevo sigue en pie?-

-Si si. Claro que sigue en pie-

-Pues ¿que tal si lo hablamos en año nuevo? Solo faltan 3 dias-

-Esta bien. Hablamos ese día entonces. Cuidate mucho Rick. Te quiero-

-Yo también te quiero. Bay-

Me quede con el celular pegado del oído mientras lágrimas salían de mis ojos.

Dios mio no puedo con tanto dolor, con tanta decepción. Necesito desquitarme con algo, con alguien, con .... José.

Busque el numero de Jose en mi celular y me di un golpe en la frente con la palma de mi mano.

Idiota borraste su numero hace mucho tiempo.

Aunque realmente me lo se de memoria, se que quizás el cambio de numero.

Me tire en la cama y puse mi cara en una almohada tirando un grito, luego no pude parar. Llore y llore hasta quedar dormida.

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Unas suaves manos me acarician la mejilla, luego mi cabello, luego mis brazos y vuelve otra vez a mi mejilla, siguiendo una secuencia. Estoy despierta pero no quiero abrir los ojos para quien sea que esta haciendo esas caricias, no pare de hacerlas.

-Se que estas despierta Jay-

¿¡Jose!? ¡Oh mi padre amado esa es la voz de Jose!

Mi pulso se aceleró y abrí los ojos como platos. Me senté rápidamente en la cama alejándome del.

-¿¡Se puede saber que diablos estas haciendo aquí!?- pregunte alterada. Aunque una parte de mi se alivio al verlo.

-Vine a verte. Se que ya sabes todo- dijo el con toda la calma.

Pequeña CabronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora