Deseo la compañía de un hombre ,
Capaz de congeniar conmigo,
Cuyos ojos respondan a los míos.....
Frankenstein-Mary Shelly.
Cuando abrió la puerta de la calle apareció en el espejo una imagen de sí mismo absolutamente distorsionada. Hacía un mes que había colgado allí aquel espejo agrietado.
Su departamento es frío y con un excesivo olor a desinfectante. Respira hondo, no se diferencia mucho del lugar donde estuvo hace algunas días.....el Cochlea. Arroja el saco al sofá, se lleva la mano a la cicatriz que aún permanece en su mejilla y una sonrisa de satisfacción se dibuja en sus labios. <<Kaneki Ken >> De nuevo experimentó la emoción (e incluso el placer) que le había provocado luchar contra él, esa fuerza capaz de destruir a IXA. Y, sin embargo ahí encerrado en esa pequeña celda en el nivel más bajo del Cochlea, le había parecido tan frágil, indefenso con esa mente tan inestable y ese terror imperioso a la soledad, que a veces dudaba que fuera el mismo oponente al que se enfrentó en el V14. <<Kaneki Ken>> . Se destrozaba a sí mismo, rasgando sus ojos y negándose a comer. No quería saber ni entender el motivo que lo impulsó a llevarle libros unos tras otros. No le gustaba sondear en sus propios sentimientos. Pero esa acción fue un acierto, Kaneki Ken dejó de autoinfligirse heridas y se alimentaba al menos para mantenerse con vida. Advierte en la oscuridad manchas de colores desteñidos. Cierra los ojos con desaliento. Todo quieto. Silencioso. Muerto. Una gran soledad llena su corazón, pero esa soledad le era necesaria para aislarlo, encerrarlo en una zona gris y helada, alejarlo de todo. Se negaba a aceptar la pequeña chispa que crecía en el. Sin embargo quería verlo. Sí, quería ver a Kaneki Ken.***
Las semanas siguientes continuó con la misma rutina de toda su vida; levantarse, ducharse, la elección del traje que se pondría ese día, la comida precocida y un café sin sabor todas la mañanas. La desesperante monotonía de su vida parecía más grande que antes. Pero ahora, <<debido a las circunstancias>> - frase tan estúpida como conveniente- era tiempo de comenzar el entrenamiento de Kaneki Ken o mejor conocido como no. 240. <<Necesita un nombre más adecuado>> pensó Arima mientras deslizaba su tarjeta de identificación por cientos de puertas hasta la sección de la celda de Kaneki Ken. No debió abrir esa puerta, dar vuelta atrás y alejarse lo más pronto posible lo hubiera salvado de esos sentimientos que empezarían a consumirlo.
La puerta se dobló suave, sin ruido. Arima inclinó la cabeza en gesto de saludo, y entró en la habitación sin más. Restándole importancia al hecho que Kaneki poseía una kagune capaz de segar un muro de acero de quinque como si fuera papel. Lo encontró sentado, rodeado por los libros que él le había obsequiado. En cuanto escuchó el sonido de la puerta Kaneki levantó la vista del libro y lo miró. Le pareció que ya no era Kaneki Ken, sino otra persona. Tal vez fue la mirada fija, inmóvil, que le dedicó; una mirada sonriente. Kaneki se levantó dejando caer el libro al suelo y se inclinó ligeramente hacia él. Su rostro estaba sucio y demacrado, sus ojos ahora vacíos y sin brillo, en un estado mental de absoluto delirio e incoherencia. Ya no distingue el dolor. Se ha vuelto un estado natural. Kaneki comenzó a llorar, sin motivo aparente. No tenía recuerdos, no debería recordar el sufrimiento de su vida antes de llegar al Cochlea. <<¿Entonces por qué lloraba?>>, No obstante aquellos sollozos estaban cargados de angustia y de amargura. El trato con Kaneki era al mismo tiempo difícil y fácil, no existían reglas. Arima se le acercó en silencio y se detuvo al frente suyo. Le rodeó la cintura con un brazo. Lo atrajo hacia si y Kaneki tuvo un principio de resistencia. A través de sus dedos, Arima notó que el cuerpo de Kaneki se endurecía, se tensaba, pero luego cedió y lo besó en los labios. No pudo evitar sentir un placer algo maligno al notar que dentro de sus labios los de Kaneki se encendían. Cuando recuperó el control de sus acciones, tomó a Kaneki de los hombros y comenzó a apartarlo, pero ya era demasiado tarde.
<<Arima-san >> susurró Kaneki con una mezcla de súplica antes de que sus labios volvieran a encontrarse. Arima respiró su tibio aroma, mezclado con el aire frío y enrarecido de la celda. Estaba unido a él por una fuerza casi ajena. Kaneki se convirtió en lo único que existía..... su sabor dulce, su aroma.....Tras el beso, su mente había quedado muy trastornada, incapaz de hilvanar una sola idea. <<¿Por qué lo besé?>>, era lo único que pensaba de manera mecánica, casi obsesiva. Había sido un error, un hermoso y placentero error. Aquella noche durmió allí mismo. Durmió mal. Despertó muchas veces durante la noche, cada vez que escuchaba a Kaneki quejarse, lo tranquilizaba acariciando su cabello y regresaba a su silla donde volvía a dormir en medio de gritos que se mezclaban con risas en una sinfonía extraña y macabra.
<<¿Por qué lo besé?>>, No había respuesta...

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A double Suicide
Fanfiction"Te amo, yo realmente te amo. Quiero gritarselo a todos." Detrás de cada acontecimiento (sea trágico o no) existen una serie de eventos clave que lo hicieron posible. Entonces; ¿Cuáles fueron los que llevaron al respetado y temido Dios de la muerte...