Erza x Juvia

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"Querido diario:

Hoy en Fairy Tail nos lo hemos pasado muy bien haciendo un día especial, el día del amigo invisible; un día que consiste en hacer regalos a un amigo especial.

A mi me tocó Juvia, así que me puse manos a la obra. Seré sincera, llevo bastante tiempo enamorada de ella, desde que luché contra ella en la prueba para magos de clase S en Tenroujima. Pero sé que ella no me corresponderá, ella está profundamente enamorada de Gray y sé que eso será imposible de cambiar, este amor será un amor prohibido e imposible. Pero he de ser fuerte y hablar con ella para decirle lo que siento por ella; ah, y también he de hablar con Gray para explicarle la situación. De momento, quiero regalarle un precioso muñeco suyo hecho a mano para el amigo invisible".

Tras escribir esto en el diario, empecé a hacer el muñeco. Mira me enseñó a coser para hacer cosas como esta y mientras lo hacía, pensaba en la forma en la que me declararía a Juvia, porque no hay noche que no sueñe con ella.

Me sonrojé y me pinché el dedo sin querer; me llevé rápidamente el dedo a la boca, para parar la hemorragia. No puedo evitarlo, amo a Juvia y por ella seré capaz de arrebatársela a cualquiera que se interponga en mi camino.

Dejé de soñar despierta y terminé el muñeco, quedó muy bien, realzaba la belleza que tenía Juvia. Me llevé el muñeco a mi pecho y noté como mi corazón latía intensamente. Cuando llamaron a la puerta, me sobresalté y escondí el muñeco debajo de la cama.

-¿Si?

-¿Se puede Erza-san?

Era la voz de Juvia y me sonrojé, la di paso y entró.

-¿Haciendo los regalos para tu amigo invisible?

-Si-contesté-Ya casi los tengo listos.

-Seguro que le gustarán-sonrió Juvia.

-Gra...gracias.

Ella me dio una palmadita en el hombro y se fue. Mi corazón se aceleró y me enrojecí tanto que mi cara acabó como mi pelo. Rápidamente, me senté en la mesa y empecé a escribir una carta romántica para ella, que se la entregaré mañana con el muñeco. Al terminarla, corrí rápidamente a la cama, me tumbé y abracé con fuerza a la almohada; no podía esperar a mañana, así que cerré los ojos y soñé con Juvia.

Cuando amaneció, me vestí rápidamente, cogí el muñeco y la carta y salí corriendo al gremio. Hoy, estaba decidida a confesarme, no quería desperdiciar esta oportunidad. Hoy, era el día en el que me declararía a Juvia. El Maestro nos convocó a todos y procedimos a intercambiar los regalos; a mi, me hizo los regalos Laxus: eran una banda para la funda de mi espada y un pastel de fresas.

-Te lo compré porque sabía que te gustaban.

-Muchas gracias Laxus-dije y fui a buscar a Juvia.

La encontré decepcionada, porque no le había tocado Gray, sino Romeo, ya le había dado sus regalos.

-Ju...Juvia, toma.

Le entregué el muñeco y quedó maravillada al ver lo bien detallado que estaba, yo aparté la mirada.

-¿Y esa carta, Erza-san?

-También es para ti-se la entregué y dije-Pre...preferiblemente en privado.

-¿Te pasa algo? ¿Estás enferma?

-S...si-contesté-Estoy enferma...por ti...

-¿Que...qué quieres decir Erza-san?

-Pues que, estoy enamorada de ti. Sé que tus sentimientos están por Gray, pero mi amor por ti no cambiará, yo siempre estaré enamorada de ti. Lee la carta y verás los motivos de los que me enamoré de ti.

Las aventuras yuri de Lucy y ErzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora