Una semana más tarde
—No sé lo que ha pasado, que por Dios alguien me explique —pedí con un hilo de voz.
—No fue muy normal lo que pasó —dijo el doctor—. Estuviste en coma y has despertado hace un día como ya sabes. Necesitas una recuperación. Pero no fue tan peligroso, por suerte. Nada por lo preocuparse —el doctor dirigió su mirada a la pared. No, no era la pared. Era Abel. Y no me había dado cuenta de que estaba ahí porque estaba recién despierta. No hacía más que dormir. De eso era consciente.
Abrí los ojos como platos. El médico vio mi reacción y se acercó a mí para tumbarme porque mi intención era levantarme y abrazarle, y besarle. Y agradecerle todo. Porque aún recordaba sus palabras.
—_____, _____, tranquila... tenemos tiempo.
—De hecho estarás bien muy pronto. Tienes suerte —dijo el doctor—. Os dejo un rato a solas —salió.
—Tranquilízate, quita esa cara de pena que tienes, y alégrate. Nada por lo que preocuparse, ya le has oído —me consoló.
—Quiero salir de aquí.
El se inclinó hacia mí y me besó. Después se me quedó mirando y me tocó lentamente con el dedo la mejilla.
Poco a poco me estaba olvidando de todo lo que pasó mientras estaba en coma. Todos los recuerdos se esfumaban, desvanecían. Por un lado me alegraba. Quería olvidarlo.
Aún no veía la realidad tal y como era. Las horas se me pasaban rápido. Todo el tiempo tenía sueño. Y Abel seguía ahí.
A medida que ese "sueño" se eliminaba, ya recordaba todo lo que fue mi vida con él. Bueno, y sigue siendo. Porque aquí estamos. Solo han sido unos meses.
—Estás preciosa. Si por mí fuera, desearía haber sido yo el que estuviera en la camilla y no tú.
—Me alegro de que eso no haya sido así. Me encuentro bien, es algo por lo que alegrarse y... saber que tú estás bien... Pero hay algo que me inquieta y necesito preguntarte.
—Claro...
—¿Has estado con otras? Sé sincero.
—¿...?
—Sólo he preguntado.
Él se quedó pensativo, lo que me hizo dudar.
—Te juro que no. ¿De verdad crees que estaba con esos ánimos? He cancelado conciertos por estar contigo. No he tenido tiempo para nada. No era lo mismo sin ti.
—Gracias...
Otra semana más tarde
Cuando me dieron el alta, al fin, Abel pasó a por mí. Me llevó a su casa. Esperaba que el me dijera cómo había llegado hasta el hospital.
—Dime cómo pasó todo.
—Fuimos a una fiesta de las tantas, yo salí a fuera, tú tomaste algo a lo que le echaron algo dentro, droga, pero peligrosa, y te dejó inconsciente primero, después tuve que llevarte al hospital, y esto pasó. Juro que no pensé que fuese tan peligrosa como para dejarte en coma. No sabes lo que he llorado —susurró débil—. Puedes ver mis ojeras, ¿y mi alivio? Ninguno. Ni siquiera la droga, y lo intenté.
—Quiero que todo esto vuelva a ser como antes —pedi.
—Lo es, lo prometo, _____. Pero necesitas descansar, ¿vale? Sé que quieres pasar tiempo conmigo y tal, pero yo estaré aquí, siempre lo he estado, no voy a abandonarte, nunca.
—No sé que debería hacer... necesito hacer muchas cosas. Hay algo que me inquieta, no sé qué es.
—Solo fue un coma, no un punto. Recé incluso. Habrá funcionado.
—Gracias por todo, Abel...
—No hay de qué, estoy para lo bueno y para lo malo. Desde siempre y para siempre, o lo intentaremos.
Qué opináis de Abelena?
ESTÁS LEYENDO
US ❝The Weeknd❞ [Editando]
FanfictionSeguramente pienses mal de mí, pero me conozco. Inicio 7deDiciembrede2015 ©2o15