Sinopsis.
Me arrime por los grandes arboles y deje caer mi cuerpo sin cuidado, me sentía malditamente asustada, y no sabía el por qué... quizás me estaba volviendo loca o solo deliraba de que alguien me observaba con desdén. Suspiré pesadamente y relaje mis musculo, tengo que salir de aquí pensé, tengo que salir ahora.
Cuando de repente empece a sentir que me estaban observando, un escalofrío me recorrió la espalda y las plumas a mi al rededor comenzaron a perder gracia, me sentía incomoda. Levante la vista a los matorrales que habían frente a mi, y jure ver algo o alguien... fue apenas un instante pero estaba segura que había estado allí... mirándome, una figura oscura, siniestra cuyo rostro a penas podía distinguirse bajo la oscuridad de la capucha que le cubría.
Me levante sin cuidado y me adentre al bosque, las manos me temblaban al apartar las hojas que impedían el paso, el entorno había cambiado... ya no me parecía un simple bosque placido y tranquilo, las sombras cada vez eran más oscuras, los arboles tomaron un aspecto horrible y los senderos era más estrechos. Me parecía sentir la extraña figura en la espalda, soplándome la nuca con su frío aliento, pero cuando me volvía a mirar nunca encontraba nada siguiéndome.
Entonces, al final del camino me pareció distinguir una silueta oscura, aparecía y se desvanecía sin previo aviso entre los arboles, había algo extraño en su figura, algo fuera de lo normal... algo diabólico, el pánico se apodero de mi y los gritos desgarradores comenzaron a salir de mi garganta, corrí lo más rápido que mis piernas me permitían, con el miedo de que si seguía allí había la posibilidad de morir. Las ramas de los arboles golpeaban bruscamente mi rostro haciendo que mis gritos aumentaran, uno más que otro... corría sin saber el por qué o qué me perseguía, corría con la seguridad de poder encontrar algún sitio seguro, con cada zancada que daba mis piernas temblaban y se hacían cada vez más débiles.
Cuando sentí que no podía más, que caería al suelo desvanecida y sin fuerzas de seguir luchando, me detuve... un árbol grande y con aspecto terrorífico sostenía mi débil cuerpo, mis pulmones me pedían a gritos más y más oxigeno, sentía frío, temor, pánico y mucho miedo... y no sabía el por qué, ya nada me seguía... nunca nada me siguió, temía que fuera sólo producto de mi mente enferma y con déficit de atención.
Cuando creí estar segura, ocurrió... la horrible silueta volvió a hacerse presente entre los árboles y las sombras, está vez con unos penetrantes ojos amarillos, casi como el mismísimo sol, era oficial... mi ultimo suspiro por fin había llegado, de una forma que nunca imagine... y lo peor es que mi ultimo suspiro le pertenecía a la estúpida silueta con unos hermosos ojos color amarillo, que desgraciadamente era mi color favorito... Cerré los ojos con fuerza esperando el golpe que acabaría con mi vida... estúpido destino, estúpida figura.... me entrego a ti.