Querido padreHola, soy aquella niña que abandonaste hace mucho, ¿Lo recuerdas? No creo que lo hagas, ya que dicen que el cerebro olvida las partes de tu vida que no sean importantes. Pero, a pesar de que te hayas querido deshacer de mí, aquí estoy. Obviamente he crecido, y he crecido bien, a pesar de todo el daño que me hiciste (Y por cierto, no te preocupes, no tengo remordimientos) y ahora, podría decirse que en la vida voy bien, o bueno, más bien no voy mal. Mejor dicho, voy más o menos. A quién engaño, voy de mal en peor. Pero, por más que quiera tu ayuda, sé que de esta carta, no tendré respuesta, así que mejor sigamos.
Sé, que si en algún momento de tu vida, lees esto, sé que vendrás a mí. Pero no a abrazarme, a consolarme, sino a golpearme, como siempre. Dirás que siempre estuviste ahí para mí, que yo fui la que me alejé, etcétera. Pero déjame decirte que estás en lo incorrecto. ¿Por qué? Pues mira, seré breve. Creerás que tú no tienes la culpa de nada, porque en verdad no me conoces. No sabes que siempre que te necesitaba te marchabas, y no volvías hasta dentro de semanas, o incluso meses, justo para hacer lo mismo, una y otra vez.Tampoco sabes que cada noche, no me dormía porque tuviera sueño, sino que lo hacía porque mis ojos estaban cansados de tanto llorar. Y si te lo estabas preguntando, sí, lloraban gracias a ti.
También recuerdo todos los golpes que me has dado. Ya sea físicos o mentales. Es más, mi primer recuerdo es de una noche, que estábamos en casa, y tú azotaste la puerta en mi cara para así poder golpear a mi mamá. Que lindo recuerdo, ¿no crees?
Ah, por cierto, cuando me dijiste gorda, a los 10 años, cuando pesaba 45kg, dejé de comer, y bajé más de 15 kilos. Y no te preocupes papi, seguiré ayunando hasta estar flaca como tú quieres que sea, no importa que me desmaye siempre :) A ver si cuando por fin esté delgada, tal vez y así me llegues a querer. Pero, lamento decirte que con el tiempo, he subido de peso. Ahora, casi 5 años después, peso 47 kg. Perdón padre, te he defraudado una vez más.
Pero fuera de todo lo que me has hecho sufrir, por alguna razón te sigo extrañando. Te sigo queriendo. Me han dicho que eres el peor padre del mundo. Pero, lamentablemente, sigues siendo mi padre, y aunque quisiera hacer todo lo posible para dejar de ser tu hija, simplemente no puedo. Y en vez de hacer eso, me apego más a ti, y por ende, me haces cada vez más y más daño.
Pero hace unos 7 meses, de la nada quisiste entrar de nuevo a mi vida. Pero, ¡oh sorpresa!, yo ya no te quería en ella. Pero ahora, esto ya no fue de mi elección. Utilicemos el concepto de una puerta. Imagina que mi vida, mi corazón y mi alma son una habitación, la cuál tiene una puerta. Yo, desde chica, te abrí esa puerta, y mantuve mi mano sosteniendo esa puerta, invitándote a entrar. Tú, por tu parte, te negabas a entrar, y ni siquiera dabas un paso, para acercarte. Sostuve la puerta por 15 años. Después de tu gran acto de descortesía, me enojé contigo, fuiste la persona más grosera conmigo, y te cerré mi puerta. Pero después de haberlo hecho, ahora resulta que después de todo, quieres entrar. Corriste a la puerta cerrada, y por más que te negaba la entrada, rompiste la puerta. Pero también rompiste todo lo que había adentro. Rompiste mi corazón. Mi alma. Me rompiste. Pero eso no te importó.
Ahora dices que has cambiado, que me quieres. Pero ahora que yo no lo hago, me fuerzas a quererte. Qué no ves que ya me lastimaste mucho? No ves todo el desastre que causaste? Por supuesto que no. Solo te importas a ti mismo, los demás van en segundo lugar. Pero yo, yo no voy en segundo, ni en tercero. Tampoco puedo decir que voy en último lugar, porque si lo estuviera, significa que siquiera te importaría un poquito. Yo no entro en el rating, a pesar de ser tu hija. Me puedes decir por qué? Que no se supone que sin importar como son los hijos de uno, debes de amarlos? Supongo que de ti, aprendí eso. No puedes amar a alguien que no amaste desde un principio.
-Atentamente
Yo
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Atentamente, yo.
RandomTodo lo que no tuve el coraje de decir, a decenas de personas que tocaron mi corazón. Ya sea para amarlo, o para romperlo