Querida P.:
Te conozco desde hace 9 años. No me hablaste la mayoría de estos. No por odio, ni por desagrado. Simplemente porque no nos conocíamos. Sé que es contradictorio, pero es la verdad. Me acuerdo el día en el que por fin hablamos. Y nunca te lo he dicho, ni te lo diré, pero recuerdo perfectamente que fue un miércoles, recuerdo la ropa que llevabas, y el lugar en donde estábamos. Pero recuerdo que mi intención nunca fue la que resultó ser. Yo nunca planeé llamarte hermana. De hecho, nunca en la vida pensé que tendría una amiga tan maravillosa y perfecta como tú, que no sólo eres mi amiga, ni mi mejor amiga. Hasta el llamarte "Hermana" le queda corto a alguien como tú. Porque sin ti, querida, créeme que no sería mi verdadero yo.
En caso de que lo hayas olvidado, te contaré el como nos conocimos. Fue un lunes a mediodía. Yo había sido traicionada por la que entonces hacía llamar mi mejor amiga. Mi plan, era irme de allí. Nunca pensé, que una persona me apoyara y me quisiera como amiga. Pero gracias al cielo, alguien se apiadó de mi. Pero ese alguien, no fuiste tú. De hecho, tú no me conocías, y no querías empezar a relacionarte con "una amiga de una de tus amigas". Estabas en contra de que yo me uniera a su grupo de amigas. Es más, recuerdo que alguna vez me contaste que pensabas que yo era alguien falsa, y sin corazón.
Sin embargo, con el paso del tiempo, nos acostumbramos a estar juntas. Empezamos a hablar más, y ambas descubrimos que somos la mejor amiga que deseábamos.
Ahora, eres mi todo. Eres la causa de mi sonrisa, la alegría de mi vida, la razón de mis babosadas y mucho más. Sé que nunca lo digo, por mi carácter frío, pero de verdad te amo. Te necesito en cada instante de mi vida. Y a diario agradezco que estés conmigo, porque no puedo imaginar mi vida sin ti.
Ahora, si pensabas que esta era una carta de agradecimiento, lamentablemente no lo es. Es una carta de despedida. Verás, hemos llegado a un punto en donde tendremos que recorrer caminos completamente diferentes. Depende de nosotras, si nos volvemos a encontrar en nuestros caminos. Pero, si te soy sincera, todo va a cambiar, inclusive nosotras. Esta etapa es en donde veremos si de verdad seremos amigas para toda la vida, o si sólo fue una ilusión, un sueño del cual tendremos que despertar. Pero este es el problema: eres el mejor sueño que he tenido, y tengo miedo de despertar. Así que te pido, te ruego, que no me vayas a olvidar. Y si lo haces, está bien, lo entiendo. Tienes un futuro y no deberías de mirar al pasado. Lo único que me queda por hacer es darte las gracias. Gracias por absolutamente todo, por quererme, por hacerme tan feliz a tu lado. Por tus consejos. Por tu hombro cuando tenía necesidad de llorar. Podría seguir agradeciéndote por cada razón que se me ocurra, pero no acabaría.
Puede que en este momento estés pensando que soy una tonta, que nunca nos vamos a alejar. Pero recuerda que en este par, yo soy la pesimista/ realista. También tenía que estoy acostumbrada a las despedidas, y tú lo sabes bien. No me quiero alejar de ti, pero esa no es mi decisión. Es la decisión de ambas. Yo ya tomé el 50% de la decisión, y espero a que tú tomes tu parte. Esta carta es solo en caso de que esa decisión que tomes sea la de separarnos. Como dije antes: estoy acostumbrada a las despedidas. Sabes que todas las personas que quiero, se van, e incluso, la mayoría sin despedirse. Sólo quiero que sepas (y espero que lo entiendas, que te pongas desde mi punto de vista, frío y sin corazón): tú, querida, eres y serás mi despedida más dolorosa de mi vida.
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Atentamente, yo.
RandomTodo lo que no tuve el coraje de decir, a decenas de personas que tocaron mi corazón. Ya sea para amarlo, o para romperlo